El campanu es mucho más que el primer salmón echado a tierra en el arranque de la temporada de pesca fluvial en aguas continentales del Principado de Asturias. Ese primer rey de los ríos de cada campaña salmonera tradicional –con muerte– es, sin lugar a dudas, cultura y tradición ribereña La pesca del salmón es, además, un gran motor económico en los concejos ribereños. Ha pasado de padres a hijos, de generación en generación y todavía hoy en día mantiene esa estela en las principales cuencas salmoneras de la región. Incluso, como antaño, se hacen tocar las campañas del Monasterio de San Pedro de Villanueva, a la vera del Sella, anunciando al vecindario que el preciado ejemplar ha sido capturado.

Suelta de alevines en el Narcea. | LNE

Está documentada la importancia de la pesca en aguas del río Sella ya desde el siglo XVI. Aún más, era una fuente, igual que pasaba con las tierras, bajo control de ciertas casas señoriales y, por supuesto, palacios y monasterios, como era en este caso concreto el asentado en la ribereña localidad de Villanueva, hoy en día actual Parador de Turismo de Cangas de Onís. Siempre hubo sus más y sus menos, pleitos de por medio, entre vecinos y los antaño dueños y señores de los lances, pozos y tramos de pesca en el Sella y también en su afluente, el río Piloña.

La abundancia de salmones antaño llevaba a los criados a exigir a sus señores la condición de comerlo solo una o dos veces a la semana

Circulan infinidad de anécdotas que tienen protagonista al salmón en la dieta de los trabajadores de algunas casas señoriales en épocas pasadas, como, por ejemplo, en el Palacio de Coviella (Cangas de Onís), donde los criados ponían como condición que solo se comiera salmón uno o dos días por semana. Otro tanto de lo mismo pasaba con los canteros que desarrollaban su actividad en Covadonga. Unas reivindicaciones que, actualmente, resultan un tanto increíbles al tratarse de exquisiteces gastronómicas de auténtico lujo, dada la escasez de ejemplares.

“Xente de Ríu”, jóvenes ribereños de Cangas de Onís aficionados a la pesca del salmón. | J. M. Carbajal

Ríos a rebosar

El furtivismo también tuvo mucha vinculación a las riberas de las principales cuencas asturianas para tratar de “matar la fame” en unos tiempos duros y francamente difíciles. Además, en tiempos en los que los ríos astures rebosaban de salmones, reos, truchas y otras especies.

“El campanu sigue ganando adeptos año tras año, aunque, por desgracia, otro año más los pescadores de fuera de la región no podrán venir. Así y todo, estarán todos los cotos y lances libres ocupados, no como ahora que está todo –modalidad de captura y suelta– vacío”, explica Luis Eduardo López Alvaré.

La campaña de pesca de salmón sin muerte (captura y suelta) en los ríos del Principado de Asturias comenzó el pasado domingo 21 de marzo, y se dilatará hasta el 10 de abril, a lo que hay que sumar el periodo del 16 al 31 de julio.

Cultura, tradición y riqueza a pie de río

Por otro lado, será el 11 de abril cuando comience la temporada con muerte –la más tradicional y con más arraigo en la región–, que se prolongará hasta el 15 de julio. El Eo y el Deva en sus zonas limítrofes quedan al margen del segundo periodo de pesca sin muerte ( 16 al 31 de julio). En cuanto a la trucha, reo y otras especie se pueden pescar desde este domingo hasta el 15 de agosto.