El consumo de legumbres se dispara en los meses de frío y la faba asturiana no es una excepción. Ahora que tanto apetecen los platos de cuchara, es bueno recordar que el oro blanco de la huerta asturiana está amparado por una Indicación Geográfica Protegida (IGP), que desde 1996 avala su procedencia y calidad.

La cocina asturiana ha perdurado hasta hoy porque ha sabido preservar su esencia, trasmitiéndolo, como legado, a través de las generaciones. El asturiano dejó poca constancia escrita de lo que comía, solo es posible la noticia de algunos alimentos típicos del pueblo rural, perdida casi siempre en textos ya clásicos y de carácter distinto del gastronómico. Hay una cocina asturiana más tradicional. Sus señas de identidad se llaman boroña, fariñes (también farrapes), rapón, neno, pegarata, formigos y tantos otros que el gusto de hoy difícilmente aceptaría. Los platos más originales de cada región o zona van inseparablemente unidos a sus materias primas alimentarias más relevantes.

Asturias ha sido tradicionalmente la mejor base para una huerta rica: patatas, cebollas, ajos, lechugas, pimientos, berzas, repollos... Aunque más destacables sean los arveyos (guisantes), los fréjoles (vainas o judías verdes) y en especial las fabes (judías de grano blancas). Estas son ingrediente fundamentales del más universal plato asturiano: la fabada. El cultivo de las judías secas forma parte de los productos hortícolas que tradicionalmente se han producido en Asturias. Aparecen referencias en el estudio de “La Sociedad Económica de Gijón” publicado en el siglo XIX, donde se mencionan distintos aspectos de cultivos más característicos de la región como las fabas o el maíz, principales recursos de las zonas rurales. Las caserías obtenían dinero con la venta de los productos de mejor calidad, como leche, carne y fabas. No todas las alubias son aptas para la fabada. La variedad reina es la llamada “de la granja” o “del cura”. La condesa de Pardo Bazán ya dejó escrito que resulta fundamental acompañarlas del mejor embutido y la carne apropiada.