Santiago / Bilbao / Valladolid, Agencias

El ciclón que comenzó a barrer ayer la Península se ha cobrado cuatro vidas y fuertes daños, especialmente en la cornisa cantábrica y en Castilla y León. Carmen Dacosta García, una mujer de 82 años de Vilar de Barrio (Orense), falleció ayer por la tarde al ser alcanzada por un muro derribado por el viento. Además, dos hombres murieron en Burgos, en la carretera de Arlanzón, al colisionar con un árbol arrancado a las diez menos veinte de la noche. En Paredes, cerca de Oporto (Portugal), un niño de 9 años falleció tras caerle encima un árbol arrancado por el fuerte viento. El menor estaba jugando al fútbol con sus amigos. Falleció en el hospital.

Además, un hombre quedó en observación en el Hospital de Vigo tras resultar herido al caer un andamio en la localidad pontevedresa de Tomiño. Además, una mujer de 75 años sufrió la fractura de una pierna por el derrumbe de una casa en el municipio de Roperuelos del Páramo, en León. Otra mujer resultó herida leve por los cascotes desprendidos de la cornisa de un edificio, en Aranda de Duero (Burgos). Y en el municipio salmantino de Zamayón un hombre resultó herido al caer sobre su coche el tejado de una nave.

Las fuertes rachas fueron generalizadas en todo el Norte, donde se interrumpió el tráfico ferroviario entre León y Asturias, Palencia y Cantabria, y el País Vasco y el norte de Castilla y León. Aena canceló dos vuelos que salían desde Vigo hacia Madrid y otros tres que procedían de la capital, a los que hay que sumar un vuelo Madrid-Asturias.

La máxima ráfaga de viento se midió en el alto de Orduña (Vizcaya) a las nueve y media de la noche, donde alcanzó los 228 kilómetros por hora, la más elevada del país. Con vientos tan fuertes no es extraño que hubiese numerosos cortes de energía, debido a daños en estaciones y redes. En Cantabria, por ejemplo, llegó a caer una torre de alta tensión. Al menos 130.000 personas vieron interrumpido el suministro en todo el país: 9.000 en Canarias, 30.000 en el País Vasco, 63.000 en Castilla y casi 30.000 en Galicia.

El cálido viento del Sur provocó además un importante deshielo en las cumbres de la cordillera Cantábrica, lo que motivó fuertes crecidas en el río Deva y sus afluentes, de forma que hubo inundaciones en las inmediaciones de Potes. Los ríos Bernesga y Eria, en la provincia de León; el Pisuerga, en Salinas (Palencia), y el Duero, en Gormaz (Soria), superaron los niveles de caudales como de alarma por avenidas.

El Duero llegó a arrastrar 126 metros cúbicos por segundo en Gormaz (Soria), uno por encima de los 125 de alarma. Río abajo, en Quintanilla de Onésimo (Valladolid) alcanzó 161. Las crecidas motivaron el corte de la carretera nacional León-Unquera (Cantabria), a la altura de Boca de Huérgano. En Peñafiel, el Museo del Vino, que se reabría tras una reforma, tuvo que ser cerrado. Cuatro departamentos del oeste de Francia están en alerta roja en previsión de los daños por el temporal.