Madrid, J. MORÁN

José Luis Balbín (Pravia, 1940) fue corresponsal en Alemania del diario «Pueblo» y de Televisión Española en París y Austria. En esta tercer entrega de sus memorias narra el posterior nacimiento del programa «La clave», en 1976, y su llegada a la dirección de informativos de Televisión Española, en 1982, con el PSOE en el Gobierno.

- Hacer pasillos. «Vuelvo de Austria y me tienen un año "haciendo pasillos" en TVE, es decir, nada. Me enviaban de jurado a Eurovisión o a un festival de televisión en Luxemburgo o a una conferencia sobre el Tercer Mundo en Argel. En esa época fui jefe de prensa del Ministerio de Obras Públicas y del Ministerio del Interior. Conocía a Rodolfo Martín Villa de la época de estudiantes y mandó policías a mi casa. "Venimos a buscarle de parte del ministro del Interior". Fui y Martín Villa me dijo: "Te necesito aquí". "No me interesa". "Da igual", y me obligó, relativamente, a quedar. Duré tres meses, que por cierto nunca me pagaron. En Obras Públicas era ministro Sánchez Terán, que fue presidente de COPE, demócrata cristiano y miembro del colectivo Tácito, que escribía en el "Ya". Tampoco quedaron muy contentos conmigo, ni yo con ellos. Yo no era muy democristiano, pero tampoco falangista».

l El último de la lista. «Volví a televisión, a dar paseos. Me ofrecieron algunas cosas, como presentar un concurso. "Eso es una chorrada". "A ti lo que te pasa es que no quieres hacer nada". "Quiero hacer algo, pero si se trata de presentar un concurso de cantantes, pues ya me diréis...". "¿Qué quieres hacer". Presenté una lista de posibles programas; ninguno era invención mía, sino cosas que había visto por el mundo. Puse el último de la lista el que calculé que me iban a aprobar, basado en "Les Dossiers de l'écran", famoso programa de la televisión francesa, creado por Armand Jammot. Formé un equipo de colaboradores y nos pusimos a elegir el nombre del programa. Salieron siete nombres; el primero de ellos era "El Semáforo", pero elegimos "La clave", que era término que entonces apenas se utilizaba en el léxico cotidiano. En Televisión me dijeron: "Bueno, bueno, a ti no te importará cuándo se emita". "Nada, prefiero la segunda cadena". Siempre la preferí, e incluso cuando después fui directivo en Televisión nunca quise pasar a la primera cadena. Si vas a por la audiencia, en el pecado llevas la penitencia, porque eso de ser "prime time" y primera cadena, al final, te obliga a hacer chorradas para mantenerte. El programa comenzó los sábados y nuestro rival teórico era Chico Ibáñez Serrador, con el "Un, dos, tres". Luego pasamos al domingo y después a los viernes. Comenzamos el 18 de enero de 1976. La lista de programas la había presentado en el otoño de 1975; estaba malo Franco y se muere después. Me aprobaron el programa, pero yo creo que no tenían ninguna gana de que saliera. El director general de Radio Televisión era entonces Sancho Rof. "Bueno, si tú lo que quieres es estar dos horas de charla en la segunda cadena y un sábado, eso lo puedes hacer"».

l El caciquismo. Miguel Ángel Toledano era el director de la televisión propiamente dicha, y a él le debo tanto como a Pérez Las Clotas, a Romero o a Castresana. Muchos le deben mucho, aunque luego no se han portado bien con él. Toledano protegió a los que habían sido perseguidos por rojos; los disfrazaba con seudónimos y trabajaban en televisión. Era un gran tolerante, un gran liberal y una gran persona, y fue el que hizo que naciera "La clave". Empezamos tranquilamente. Hubo la suerte de que todo el mundo creyese que iba a fracasar y curiosamente empezó a funcionar desde el primer día. Siempre creí que funcionaría, pero nunca creí que tanto, la verdad. Pero fue un gran Guadiana que se suspendió varias veces. Ya en aquella primera época, con Carlos Arias de jefe de Gobierno, se lo cargaron a los tres meses. El programa número trece no salió; su título era "Los caciques". Pero cada vez que han prohibido un programa de "La clave", cuando volvía, empezaba por el programa prohibido. Así que volvimos con "Los caciques"».

l Volver con «La clave». «Mi experiencia en "La clave" es que es mucho peor el miedo que tienen los políticos al lío que se pueda montar que lo que realmente se monta. "¿Por qué no vuelves a hacer 'La clave'?", me preguntan muchas veces, aunque los políticos me lo dicen con la boca pequeña. "Porque no hay libertad", respondo. Recién elegido Zapatero, un día, saliendo de las Cortes, me vio y me dijo: "Hay que volver a hacer programas como 'La clave'". Nunca me volvió a llamar. Puede que sea una vanidad mía, pero creo que "La clave" contribuyó a la transición española, pero añado que tuve la suerte de estar en el momento oportuno en el lugar adecuado. La primera etapa de "La clave" duró tres meses. Volvió con Rafael Ansón como director general, que dijo: "Ahora ya hay libertad". Todos te dicen que ya hay libertad, hasta que deja de haberla. Hubo una tercera y una cuarta etapa, esta última ya en Antena 3, cadena privada».

l Acuerdo UCD-PSOE. «Llega la etapa de Fernando Castedo como director general de Televisión, en 1981, que fue la mejor. En ese momento el PSOE, en la oposición, me tenía a mí gran simpatía, y era porque iban a los programas de "La clave", pero iban los demás también. Iba Blas Piñar, que estaba proscrito por todos, menos en "La Clave". En la época de Antena 3 vino una vez y al poco tiempo me marché de esa cadena. Recibí una carta suya: "Balbín, es usted un señor; espero que no haya sido por culpa mía por lo que usted se ha ido". Digo que el momento decisivo fue el de Castedo porque es cuando se hace el primer acuerdo de la transición entre el PSOE y UCD para llegar a una televisión tolerante. Se ponen a negociar Alfonso Guerra y Pío Cabanillas. Propone nombres a ver si se ponen de acuerdo en el director general. No se ponen de acuerdo hasta que un día me dice José María Calviño, que era abogado y consejero de TVE por el PSOE (cuando el PSOE estaba a partir un piñón conmigo): "Estos quieren a Castedo". "Le conozco; fue compañero de estudios, muy buena gente, catedrático, abogado del Estado, un tolerante; yo creo que os conviene". Se lo presenté y hubo acuerdo entre PSOE y UCD. Pero a Castedo lo echaron cuando llegó Calvo-Sotelo de presidente y metió a Robles Piquer. Adolfo Suárez ya estaba muy cabreado con Castedo porque lo consideraba demasiado tolerante».

l Dirección de informativos. «Y el director de informativos previsto con Castedo era yo, pero él me llama: "No acepto el cargo, porque la Moncloa pone una condición que Guerra no acepta, que tú no puedes ser director de informativos". "No hay problema, yo sigo haciendo 'La clave'". Nos reunimos con Guerra y dice: "Si no es Balbín no nos fiamos". Ya se ve las vueltas que da la vida. "No os preocupéis; yo hago 'La clave'". "No, tienes que estar en el comité de dirección", insistió Guerra. "Pues creamos una dirección y en vez de ser director de informativos soy director de programas especiales; todo lo que sea experimental lo hago yo". Sotillos fue nombrado director de Radio Nacional, y Toledano de Televisión. "¿Y quién de director de informativos?". Comenta Guerra: "Dicen que uno que está en la SER, Iñaki Gabilondo, pero no nos fiamos". Pero fue Iñaki Gabilondo. Cuando gana el PSOE las elecciones de 1982, Calviño es nombrado director general y me dice: "Ahora eres tú el director de informativos". Así que fui el primer director de informativos del primer gobierno del PSOE y el primero con el que se pegaron por traidor. "Es que este no es del partido", decía la gente del PSOE. "Estoy aquí por ser periodista, no por otra cosa", respondía yo».

«El programa comenzó los sábados y nuestro rival teórico era Chicho Ibáñez Serrador, con el "Un, dos, tres"»

«UCD y PSOE pactan a Castedo como director general de Televisión y Guerra me quiere a mí como director de informativos»

Mañana, míércoles, cuarta entrega: José Luis Balbín