Mieres / Lena,

Andrés VELASCO

En poco más de media hora, la comarca del Caudal se convirtió en un caos absoluto. Piedras, argayos, barro y, sobre todo, agua llenaron de preocupación a cientos de vecinos del valle de Cuna y Cenera, El Pedroso, Seana, Pola de Lena y otros núcleos de toda la comarca.

La gran tromba caída mediada la tarde provocó el desbordamiento del río Cuna. En El Pedroso, donde actualmente se están desarrollando las obras de saneamiento del citado río, varios vecinos vieron cómo el agua entraba en sus viviendas sin poder hacer nada para impedirlo. «En pocos minutos ya teníamos el agua en casa», relataba, todavía con el susto en el cuerpo, Carlos Puente, vecino de la localidad, quien admitía que estaba barajando la posibilidad de desalojar su casa y pasar la noche con un familiar en Mieres. «Tengo un hijo de 5 meses y no podemos dejar que pase nada. Tenemos el miedo en el cuerpo», aseguraba. Además, los vecinos del pueblo se mostraban indignados porque ya preveían la situación: «Cuando empezaron las obras dijimos que la escollera era estrecha y baja, pero nadie nos hizo caso y ahora estamos así», aseguraban algunos desde el segundo piso de sus casas, adonde habían tenido que subir huyendo de las inundaciones.

La situación en el pueblo de Valdecuna también fue dantesca. Algunos vecinos tuvieron que picar los muros que delimitan sus fincas para achicar el agua, y otros vieron cómo, en pocos instantes, sus casas comenzaban a inundarse. «¿Y ahora qué?», se preguntaba Feliciana Lombardo, quien fue una de las damnificadas por la tromba. Junto a su marido, enfermo de diabetes, pretendía pasar la noche en casa, aunque, eso sí, con «mucho miedo».

También en Mieres, la Policía y Protección Civil tuvieron que cortar el acceso a la localidad de Seana, donde el desbordamiento de un reguero provocó un argayo que obligó a desalojar varias viviendas e interrumpir la circulación durante varias horas. En otros núcleos de la comarca, el agua causó numerosos atascos e inundaciones que sembraron el caos.