Oviedo, Raquel L. MURIAS

La Consejería de Medio Ambiente está barajando la posibilidad de derribar la casa que un conocido editor de revistas de medio ambiente levantó sin ningún tipo de licencia en pleno corazón del parque natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, en una zona de especial protección y en donde, además, hay presencia de especies protegidas o en peligro de extinción, como son el oso pardo cantábrico o el urogallo. Fue esta Consejería la que ordenó la paralización de la obra tras recibir la notificación del fiscal de Medio Ambiente, Joaquín de la Riva, en la que se instaba al Principado a abrir un investigación del caso, tras haber sido denunciado por un particular. Sin embargo, desde la Coordinadora Ecologista de Asturias solicitan que se abra una investigación para esclarecer si el Principado «encubrió la obra».

El propietario de la vivienda, José Manuel Reyero, decidió modificar la discreta cabaña ganadera que había comprado a unos particulares de la zona (a los hijos de un guarda forestal que fue asesinado en Muniellos) y convertirla en una casa que edificó en tres alturas. Además de rehabilitar la construcción original, Reyero optó por levantar dos edificios anexos, uno a cada lado de la cabaña.

Según explicó a este periódico el particular que presentó la denuncia, el director del parque natural, Emilio González-Capitel, era «sabedor y conocía la situación», pero no tomó ninguna medida. Ante la supuesta pasividad de la dirección del parque natural, el denunciante decidió notificar a la Fiscalía de Medio Ambiente y a la Dirección General de Biodiversidad y Paisaje el asunto. Fue entonces cuando Joaquín de la Riva instó al Principado a abrir una investigación y se paró la obra.

Ahora el fiscal de Medio Ambiente estudia el caso, que podría terminar en los tribunales si se considera que el propietario de la construcción incurrió en un delito contra el medio ambiente. Por otra parte, el Principado decidirá si derriba o no la construcción. Además, todo apunta a que el dueño de la casa tendría que hacer frente a una sanción económica.

«Lo que está claro es que la dirección del parque natural lo sabía, porque así se lo notificaron los guardas, pero no movió ficha. Una casa no se hace de un día para otro y los que tienen la obligación de vigilar y velar por ese espacio no cumplieron con sus obligaciones», asegura Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias. «El director del parque tiene mucho que decir y hay que pedirle explicaciones, pero también hay que saber si el Principado encubrió la obra», añade Pontigo. Las cabañas ganaderas que hay dispersas en los parques naturales de Asturias pueden ser adecuadas como vivienda, pero nunca se permite que se modifique su volumetría. Además, para hacer mejoras en la cabaña hay que solicitar un permiso de adecuación, pero en ningún caso se puede modificar la estructura.