Tapia de Casariego, A. M. SERRANO

Centenares de personas -unas 400 personas según fuentes oficiales y 937 según los organizadores- apoyaron ayer la mina de oro que proyecta la compañía Astur Gold en Salave (Tapia de Casariego) y exigieron flexibilidad a las administraciones, sindicatos y ecologistas «porque la mina es el último tren del Occidente para salir de la crisis». La primera concentración de apoyo al proyecto minero de Astur Gold se celebró en la plaza del Ayuntamiento tapiego bajo amenaza de lluvia y con numerosas pitadas a políticos y sindicatos. Pese a la amenaza de las nubes, congregó a centenares de personas llegadas de otros lugares del Occidente asturiano y de la Mariña lucense.

El acto duró una hora. La plataforma convocante «Trabajo ya, mina sí» leyó un primer discurso reclamando empleo para la comarca, la mina de oro «y un futuro para el occidente asturiano». Su portavoz, Magdalena Gómez, centró su discurso en los puestos de trabajo que llegarán al noroccidente asturiano justo en época de crisis si Astur Gold abre la pretendida mina de oro. La compañía minera promete unos 500 empleos, según reza en su página web. De ellos, 250 serían directos.

Los concentrados ayer en la plaza del Ayuntamiento criticaron la postura del gobierno municipal de Tapia (el Alcalde no apoya la mina sin tener garantías mínimas de impacto ambiental), a los regidores de los concejos cercanos que también muestran reparos al proyecto (como El Franco y Castropol), al Gobierno de Javier Fernández, y a UPyD e IU, socios del Gobierno socialista en el Ejecutivo regional.

Astur Gold se presenta como una empresa con «un equipo humano principalmente asturiano y con amplia experiencia en el sector minero, nacional e internacional». Asegura que el proyecto minero subterráneo para la parroquia de Salave «cumple los máximos estándares medioambientales». En caso de desarrollarse, tendrá una vida superior a trece años.

Las agrupaciones ecologistas de Asturias y la plataforma «Oro No» dudan de estas cifras y de que el impacto ambiental no afecte a la forma de vida de la zona y su nivel de contaminación. Desde 2005, diversas empresas mineras han intentado sin éxito explotar esta reserva de oro, la más importante en cantidad de Europa occidental. Hace siete años, el proyecto minero encontró un rechazo ciudadano que hoy no es tan unánime. El filón actual son los puestos de trabajo que promete Astur Gold. Ayer, un ganadero, un prejubilado y varios parados hablaron de su situación en público para exigir «más empleo y más mina». La plataforma «Oro No» también reunió a centenares de personas en sus últimas protestas.