Pravia / Cudillero,

Mónica G. SALAS

El temporal de intensas lluvias y viento que ayer sacudió la región provocó el desbordamiento de dos de los principales ríos asturianos, el Nalón y el Narcea. En Pravia, a la altura de Peñaullán, se produjeron varios desbordamientos, que obligaron a los operarios municipales a limpiar la calzada. Peor parados salieron los vecinos de Quinzanas, debido al corte de la vía que une la capital del concejo con esta localidad. Desde allí mismo se podía observar cómo las plantaciones de kiwis y las fábricas próximas estaban anegadas. En Soto del Barco una de las localidades más afectadas fue Riberas, donde a las cinco de la madrugada del sábado el agua ya se colaba en muchas casas. Una de ellas fue la de Jesús Alonso. Desde la planta de arriba de su vivienda, al mediodía de ayer, se podía ver la magnitud del desbordamiento del Nalón. «De mi casa al río hay medio kilómetro», señaló Alonso. Ayer las plantaciones y el campo que le separan del Nalón estaban completamente anegados.

En Cudillero, más concretamente en la Concha de Artedo, la nacional 632 estuvo cortada al tráfico debido al desprendimiento de parte de la montaña, que inutilizó el carril izquierdo, en sentido La Coruña. La misma carretera nacional registró otros incidentes. Uno de ellos, a la altura de San Esteban de Pravia, donde un árbol cayó sobre la vía. Otro más cayó cerca del restaurante Casa Lupa.

El incidente más notable tuvo lugar en el taller Migalver, que permaneció inundado durante varias horas. «Esto a las diez y media de la mañana era una auténtica marea; tuve que llamar a los Bomberos y a la Guardia Civil para que me sacasen el agua», explicó José Losada, su propietario. Los Bomberos, además, tuvieron que colocar una escollera de piedras en la entrada del taller para evitar que el agua entrara de nuevo en el local. «Aquí nunca antes habíamos tenido problemas de este tipo, fue todo a raíz de que hicieran la nueva rotonda de Las Dueñas», aseguró el propietario del taller. Según Losada, durante la obra de la rotonda los operarios cortaron las tuberías que salían al otro lado de la carretera y las canalizaron todas hacia la misma, que va hacia Cudillero y Villademar. «Cuando llueve como estos días las tuberías no lo aguantan y el agua se desborda por la carretera», apunta.