Oviedo, M. J. IGLESIAS

El Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo hizo pública ayer la sentencia que condena a un año de prisión por estafa al pescador del falso campanu de 2011, el valdesano Alberto Fernández Rubio, conocido como «Beto de Cortina». El veredicto sostiene que el salmón se pescó en el río Esva y no en el Narcea como declaró el acusado cuando lo llevó al puesto de precintaje de La Rodriga, en Salas, para acreditarlo como el primer salmón de la temporada.

Además de la pena de privación de libertad, que no cumplirá al carecer de antecedentes penales, la jueza María Paz González-Tascón impone al pescador el pago de 6.000 euros para indemnizar a la persona que compró el ejemplar en la subasta de Cornellana y que pagó un importe equivalente, según señala la sentencia a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA.

El abogado de la defensa, Eduardo Estrada, anunció que recurrirá el fallo porque entiende que el Juzgado se ha basado en la versión aportada por los testigos de la acusación, la sociedad de pescadores Las Mestas del Narcea, quienes aseguraron no haber visto a nadie pescar en las inmediaciones de La Hortona, lugar en el que «Beto» sostiene que capturó el salmón pasadas las seis y media de la madrugada del 1 de mayo de 2011, cuando apenas había amanecido. Estrada lamenta que no se haya considerado la declaración de los guardas, que, según relataron en el juicio celebrado el pasado lunes, acompañaron al pescador al rabión del bajo Narcea, donde dijo que había capturado el pez, para corroborar el nombre de la zona. Los guardas aseguraron que no había nadie en las inmediaciones por lo que, según esta versión, nadie podría haber visto a «Beto» sacar el pez.

Lejos de acatar la sentencia con resignación, «Beto», que se declara completamente «indignado», reitera su inocencia y considera «una vergüenza lo que están haciendo conmigo. Esto es un montaje, yo soy inocente». Considera «una barbaridad que se diga que el salmón se pescó en el Esva, porque quien entiende algo de pesca sabe que en una hora de viaje el pez llega tieso al precinto y el mío llegó en perfecto estado, como verificaron los guardas», insiste. Lo que más le duele a «Beto» es que quede en entredicho su honor de ribereño que ha llegado a sacar hasta 179 ejemplares en una sola temporada. «Vamos a recurrir hasta el final, porque quiero quedar limpio, tengo a una hermana enferma del corazón, ingresada en la UVI por el disgusto que tiene; mis hijos también están fatal», señala. «Yo no me esperaba esto. Incluso se me brindaron testigos para declarar a mi favor y yo no quise, tan seguro estaba de mi inocencia», explica.

La fiscalía solicitaba para Fernández Rubio dos años de prisión, la devolución de los trofeos conseguidos y la restitución del dinero percibido por el ejemplar. La acusación particular, ejercida por José César Álvarez-Linera Prado, pedía tres años de cárcel, al considerar como agravante que el campanu es patrimonio cultural de Asturias, extremo que la jueza no consideró. Aun así, Álvarez-Linera expresó ayer su satisfacción por haber ganado el caso, aunque matizó que será necesario esperar a la resolución del recurso ante la Audiencia Provincial o uno posterior de casación, antes de que la sentencia sea firme.