El avistamiento de osos pardos cantábricos se ha convertido en un codiciado reclamo turístico y los emprendedores parecen haberse dado cuenta de que en los montes asturianos hay negocio para sacar tajada. El presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), Guillermo Palomero, asegura que el aumento de ejemplares derivado de las políticas conservacionistas está provocando el nacimiento de «un buen número de empresas» que pretenden abrirse camino en un negocio que en el Principado ha sido muy criticado por los que piensan que el contacto con los humanos puede poner en peligro a la especie. «Desde hace unos cuatro o cinco años hay dos agencias extranjeras que organizan viajes a Somiedo o a la zona de Cangas del Narcea para ver osos, pero ahora están surgiendo bastantes en Asturias y en el entorno de la Cordillera Cantábrica que quieren ponerse en marcha», aseguró Palomero, que apoya este tipo de iniciativas «siempre que estén muy bien reguladas y que no perjudiquen a los animales».

En ese sentido, la Fundación Oso Pardo acaba de llegar a un acuerdo de colaboración con una de las pocas empresas españolas que ya ofrece paquetes turísticos en torno al oso cantábrico. «Nosotros llevaremos nuestros guías, pero contaremos con la colaboración de los miembros de las Patrullas Oso para que les ofrezcan a los visitantes algunas explicaciones de calidad sobre el animal y su hábita», explica Luis Frechilla, uno de los cuatro socios de la agencia, que tiene sede comercial en Oviedo y ha sido creada por biólogos y naturalistas. «El año pasado estábamos empezando, pero ahora queremos consolidarnos. Hay alguna empresa pequeña de turismo activo que hace cosas similares, pero de momento no de la misma forma que nosotros, aunque surgirán más», subraya Frechilla

La empresa de viajes ha diseñado una serie de productos ecoturísticos entre los que se incluyen desde las salidas de observación de media jornada de duración -desde 40 euros por persona- hasta fines de semana completos con alojamiento por un precio que ronda los 150 euros por persona. «Cada vez son más las personas que acuden por libre a las zonas desde donde se pueden ver osos, en algunos observatorios ya hemos contado hasta 70 personas algunos días. Si esto se regula y hay empresas serias que lo gestionen se evitarán masificaciones e incluso servirá para beneficiar a la especie. Esto no hay que impedirlo, hay que ponerlo al servicio de los parques para beneficiar a la naturaleza», asegura Palomero.

El presidente de la Fundación Oso Pardo tiene muy claro que el proyecto al que apoyan «es muy respetuoso». Según señaló Palomero, «los miradores a los que se lleva a los turistas están muy lejos de los animales, los osos ni siquiera se enteran porque son observados con telescopios a un kilómetro de distancia». El máximo responsable de la FOP insistió en que «las redes sociales ya están provocando que la gente intercambie información sobre los sitios en los que se pueden ver osos, muchos al lado de las carreteras, y cada vez son más las personas que se acercan por su propia cuenta».

Luis Frechilla recuerda que en Castilla-León «ya se están estableciendo mecanismos reguladores desde las Administraciones», algo que aún no ocurre en Asturias. «Aquí nos han dicho que mientras respetemos las leyes fijadas para los espacios protegidos...», matiza.