La Universidad de Oviedo ensayó hace tres años un método infalible contra las "telechuletas" que, finalmente, no prosperó. El Gobierno central instó a la institución académica asturiana a retirar los inhibidores de frecuencia que varios centros (como Derecho, Medicina o la Escuela Politécnica de Gijón) habían instalado en las aulas para evitar la transmisión de datos entre móviles durante los exámenes. El Ejecutivo tomó la decisión por motivos de seguridad y ante posibles trastornos de comunicación en edificios próximos. Una orden que llevó aparejada una amenaza de fuertes sanciones económicas en el caso de incumplimiento.

"Sin duda alguna, los inhibidores habrían sido el mecanismo más eficaz contra estas prácticas, pero el Gobierno los ha prohibido de manera clara", explica el vicerrector de Estudiantes, Luis Rodríguez Muñiz. De hecho, el Ejecutivo central ha abierto expediente a varias universidades de la Comunidad Valenciana que han optado por este método recientemente. "Por eso, consideramos que obligar a apagar los móviles antes de un examen constituye la medida más sensata", añade el responsable académico.

El problema de las "telechuletas" afecta desde hace tiempo a la práctica totalidad de las instituciones académicas españolas y ha abierto un amplio debate sobre los límites entre la legalidad y las normas internas durante los exámenes de educación superior. "Nosotros habíamos instalado inhibidores y tuvimos que quitarlos de manera inmediata por la amenaza de sanción del Gobierno. Es un tema delicado y parece ser que no todo vale para frenar estos métodos", afirma Alfonso López Muñiz, decano de Medicina y Ciencias de la Salud. "Está claro que algo hay que hacer, pero creo que es un tema que se debe abordar de manera conjunta", razona su homólogo en Derecho, Benjamín Rivaya.

El aumento de los casos detectados ha incrementado también la vigilancia por parte de los docentes, temerosos del mal uso de las nuevas tecnologías durante las pruebas académicas. "En nuestro centro no hemos detectado ningún problema de estas características, pero estamos más alerta a raíz de lo que hemos conocido en otros. Está claro que habrá que extremar las precauciones", asegura Cristina Valdés, decana de la Facultad de Filosofía y Letras, que engloba los edificios del campus del Milán.

-El equipo rectoral apuesta por que los profesores de la Universidad de Oviedo expulsen de los exámenes a todos los alumnos con el móvil encendido para atajar de raíz el incremento de los casos de "telechuletas" denunciado por responsables de varias facultades y escuelas de la institución académica.

-Este procedimiento fraudulento permite a los alumnos contactar con algún colaborador situado en el exterior del aula para recibir en sus teléfonos móviles las respuestas de los exámenes. Algunos profesores culpan a las academias privadas de liderar la práctica, a cambio de obtener beneficios económicos, en algunos casos.

-El reglamento de evaluación de la Universidad de Oviedo permite a los docentes fijar normas de conducta durante la realización de los exámenes. Además, la institución académica asturiana fue una de las primeras de España que aprobaron la posible apertura de un expediente sancionador para los estudiantes que recurran a las "telechuletas" con el objetivo de aprobar asignaturas.

-Varios centros de la Universidad tuvieron que retirar hace dos años los inhibidores de frecuencia que habían instalado para combatir este método, a instancias del Gobierno central. La orden alertaba de que estos aparatos podían afectar a investigaciones de los cuerpos de seguridad del Estado y afectar a las comunicaciones de edificios próximos a los recintos académicos.

-Varios decanos y directores de escuela solicitan una normativa homogénea para combatir las "telechuletas" de forma eficaz.