La duquesa de York, Sarah Ferguson, sigue de descanso en Villaviciosa, a donde llegó hace tres días, tal y como anunció LA NUEVA ESPAÑA. La exesposa del príncipe Andrés se encuentra en casa de una amiga, en El Picu, a orillas de la ría maliayesa. Ha cambiado su Inglaterra natal por la primavera asturiana en un entorno privilegiado.
Poco ha trascendido de esta visita privada a Villaviciosa, pues el círculo de amistades de la británica guarda hermetismo sobre su estancia para garantizarle descanso. Además, sus anfitriones también insisten en que se preserve y respete su anonimato.
El sábado se dejó ver en Villaviciosa comiendo en el céntrico restaurante El Manquín, donde, muy sonriente, posó con los clientes para hacerse fotos y practicó su buen castellano. Eso sí, con un inconfundible acento inglés. Quienes departieron con ella aseguran que está "encantada" y derrochó simpatía.
La exesposa del príncipe Andrés de Inglaterra, con quien tuvo dos hijas, ya sorprendió el viernes a su llegada el viernes al aeropuerto de Santiago del Monte. Llegó acompañada de un hombre de mediana edad del que no ha trascendido su identidad. Entonces se desconocía el motivo de su visita a Asturias. La incógnita se desveló cuando los maliayeses, sorprendidos, se la encontraron en la terraza de El Manquín. Una de sus propietarias explicó que "estuvo majísima, estupenda; disfrutó mucho de su visita al concejo".
Su afabilidad y simpatía encandiló a quienes se acercaron a saludarla. Pero ayer ya no hubo rastro de ella. No se la volvió a ver por las calles de la localidad maliayesa. Probablemente optó por pasar el domingo relajada, lejos del revuelo que causa su presencia, en El Picu y disfrutando de la ría. Un verdadero privilegio del que seguro que se marchará encantada y con ganas de repetir esta relajante experiencia.
