El profesor de Ingeniería Antonio Calleja, leonés, aunque residente en Gijón durante muchos años, vivió en primera persona el terremoto de Taiwán, cuyo epicentro se situó a 31 kilómetros de la ciudad donde se encuentra, tainan, donde se derrumbaron varios edificios. "Asusta despertar y que todo se mueva tanto. La cama se movía de un lado para otro, las paredes crujían", relató a sus amigos y familiares este profesor. "Cayó al suelo todo lo que tenía en el baño", añadió Calleja, profesor del área de Tecnología Electrónica en la Universidad de Oviedo y que está en la ciudad de Tainan disfrutando de una beca en la Universidad Cheng Kung. "Al parecer, esta es una zona de terremotos, por la placa sísmica de Filipinas", indicó. El terremoto, de 6,7 grados en la escala Richter, se produjo poco antes de las cuatro de la madrugada y ha dejado por el momento 13 muertos y 475 heridos. Calleja vivió además una réplica de 4,5 grados, aunque se asustó menos. "Hemos tenido suerte", reconoció.