A hierro y fuego se forjó la historia de Santa Eulalia de Oscos, y con hierro y fuego se presentó su esencia a los Reyes de España. Varios artesanos que cuidan y mantienen con vida el centenario oficio de los ferreiros demostraron la maestría de sus curtidas manos ante la mirada de don Felipe y doña Letizia, que quedaron impresionados ante la labor, firme pero delicada, de dar forma al metal. Frente a la forja se detuvieron unos minutos, donde se explicó la ligazón de esta tierra con el mineral de hierro, una actividad que se inició en el siglo XVII, en forma de pequeñas herrerías, siendo la metalurgia artesanal sustento de numerosas familias.

El escultor José Ortiz, artífice de las esculturas de pizarra y acero que presiden los monolitos que dejan constancia de la visita real y que han gustado mucho a los vecinos, explica que la demostración consistió en elaborar en vivo un ramo de rosas de material férreo. "Desde muy antiguo ha habido explotación del mineral de hierro, muchas herrerías. Desde aquí se transformó muchísimo metal para toda la península y para el exterior", dice Ortiz, que mostró el trabajo a unos Monarcas a los que encontró "distendidos, agradables y simpáticos". Sobre la visita y el premio, este artista santiagués considera que son "muy merecidos", porque los Oscos "es un pueblo muy especial, con gente muy hospitalaria", afirma.

El trabajo de la lana también tuvo un lugar destacado en Santalla, donde un grupo de mujeres se encargó de mostrar el hilado a mano y también el trabajo con el telar. La Reina Letizia disfrutó especialmente en este rinconcito y hasta se animó a sentarse con las mujeres, encantadas con su gesto: "La Reina quiso hilar un rato con nosotros, al menos lo intentó. Es muy guapa y fue muy cariñosa", explican Inés Blanco y Delia Cerdeira. Esta última, que está a punto de cumplir 92 años, está satisfecha de haber podido vivir este momento tan especial para su concejo natal: "No los volveré a ver más".

A Modesta Álvarez, de Brañavella (Santa Eulalia), le palpitaba el corazón cuando vio acercarse a los monarcas, pero su sencillez le hizo serenarse: "Que sean así de sencillos es maravilloso. Pasamos muchos nervios y también mucha alegría". A su lado Irene Villar, la artesana del telar que confeccionó el regalo institucional para la Reina, no desaprovechó la ocasión de recordarle al Monarca su visita a Grandas en 1993. También entonces la lluvia empañó el premio al Pueblo Ejemplar, donde Villar, al igual que ayer, participó en una demostración de la artesanía del telar: "Fue encantador. Le recordé la lluvia y el frío que pasamos hace veinte años y sí que se acordaba".

Don Felipe, que conquistó especialmente a los vecinos de los Oscos por su cercanía y buen carácter, también comentó lo interesante es que es mantener viva la tradición del telar: "Dijo que esto estaba muy bien, que era muy bueno para el turismo de la zona".

En Santa Eulalia también hubo tiempo para visitar la iglesia local y apreciar la alfombra floral que reproducía el escudo de la Fundación Princesa de Asturias y que fue realizada por un grupo de mujeres bajo la coordinación de Rocío Lombán. Su periplo por el centro concluyó en el mercado artesano, donde ocho productores locales mostraron lo mejor de la tierra.