Los jóvenes reclaman nuevos espacios de ocio en los que no se venda alcohol y puedan disfrutar de conexión wifi a internet y juegos. Ésta es una de las conclusiones de las encuestas que realiza el grupo de salud e igualdad del Conseyu de la Mocedá de Xixón durante los talleres y charlas que imparten en los institutos para evitar el consumo de cualquier tipo de estupefaciente.
Álvaro Granda, presidente del colectivo, advierte de que la forma de motivar a los jóvenes es haciendo que valoren los riesgos. "No vale de nada imponer ni prohibir, porque lo prohibido motiva", asegura teniendo en cuenta que la adolescencia es la edad de descubrir nuevas sensaciones.
"Hay que conseguir que sean capaces de comprender las consecuencias, lo que ocurre si consumen alcohol u otras drogas. Y hace falta información, coordinación y lugares donde puedan estar juntos y disfrutar que no sea el modelo implantado de terraza o bar con copas, que es el que ven también en las propias familias", asegura el presidente del Conseyu de la Mocedá.
Luis Javier Martínez es el coordinador del grupo de salud e igualdad del colectivo gijonés, y asegura que cuando hacen intervenciones a pie de calle con alcoholímetros, "entre las once de la noche y las dos de la madrugada, el 21% de los jóvenes da cero". Sin embargo las han hecho entre el mediodía y las tres de la tarde a mayores de 35 años y en comparación con los jóvenes, "los adultos dan positivo a horas más tempranas".
Luis Javier Martínez asegura que el caso de la niña que falleció en Madrid por un coma etílico "es muy infrecuente". Es más, insiste en que "el consumo entre los jóvenes ha bajado", y remarca que "lo que necesitan es tan sencillo como un sitio donde reunirse a techo y con conexión wifi. No piden más". También reclama recursos específicos para jóvenes pero adaptados a su visión, y no a la paternalista. "El ocio de las personas mayores está vinculado al alcohol, por eso está tan extendido", añade.
