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JORGE MORUNO | Responsable de discurso en el consejo ciudadano estatal de Podemos

"Podemos no puede depender de una persona, la fase de hiperliderazgo ya pasó"

"Nosotros hicimos como Napoléon: primero atacamos y luego vemos, pero es la hora de pasar a un modelo menos piramidal y más en red"

Jorge Moruno, ayer, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

Es uno de los ideólogos de Podemos más próximo a Íñigo Errejón. Jorge Moruno (Madrid,1982) está de "gira orgánica" para explicar las ideas fuerza de "Recuperar la ilusión", el documento señalado por los analistas políticos como más moderado y, sobre todo, más pragmático que el elaborado por el equipo de Pablo Iglesias para el congreso que la formación morada celebrará en Vistalegre el próximo mes de febrero. Resume de forma tan visual como cinematográfica su esperanza ante este proceso interno que, a su juicio, fue de "culebrón" por momentos. "Espero que nos pase como a Lobezno, que salga- mos adelante más fuertes aunque sea con heridas".

-Podemos llegó como un partido diferente pero ya hablan, al igual que el PSOE, de la necesidad de buscar la unidad. ¿Se han enredado en un tiempo récord en luchas personales?

-No, el proceso que atraviesa Podemos es inédito por la transparencia, el debate de ideas y la manera franca en la que se están poniendo sobre la mesa distintos proyectos totalmente legítimos. Como ya ocurrió en Vistalegre I no estamos ante un congreso de cartón piedra. Es bueno debatir en abierto y de ideas. La unidad no es tanto una premisa como un efecto. Se trata de juntar las diferencias y hacer de la diversidad una fortaleza, en ningún caso una amenaza.

-Sostiene que Podemos no debe ser tan dependiente de sus líderes.

-Exacto.

-Pero concurrieron a las elecciones europeas con el rostro de Pablo Iglesias en las papeletas de votación. ¿En qué quedamos? ¿Tanto ha cambiado el partido en dos años?

-Las estrategias se hacen ante situaciones concretas. Podemos nació a la carrera, con Pablo que era la persona más conocida pero la gente no sabía qué era Podemos. Entonces teníamos que conectar esa figura, conocida públicamente porque salía en las tertulias, con la nueva formación política que lanzábamos. Podemos ha ido madurando. La fase de hiperliderazgo respondió a un momento muy concreto, el inicial. Y ya pasó. Ahora, terminado el ciclo corto, electoral y cardíaco, tenemos que dar los debates pendientes. Y ahí el mandato de los inscritos e inscritas es claro, unidad desde la diversidad. Es importante fortalecer la organización para que cuando no estén Pablo ni Íñigo, el futuro de Podemos no dependa de ninguna persona.

-¿Pero no está demasiado polarizado el debate entre Iglesias y Errejón?

-Esto no es una discusión privada entre dos personas sino una conversación abierta, que debería serlo aún más, sobre ideas y proyectos políticos. No puede haber debate sin discrepancia. La democracia es llegar acuerdos comunes sin la necesidad de estar de acuerdo en todo, si no en lo fundamental. No veo peligro de falta de unidad en el futuro. De este debate vamos a salir remando juntos. El consenso en Podemos no puede ser cosa de uno, si no de muchos. Las seis convocatorias electorales consecutivos obligaron a concentrar el poder para poder correr mucho. Terminado ese ciclo toca esponjar, descentralizar el poder y enraizar en el territorio.

-¿Entonces no teme purgas internas en caso de que se impongan las tesis de Pablo Iglesias en Vistalegre II?

-Sería gran un error salir de este proceso con la persistencia en la lógica de que yo gano y tú pierdes. Podemos tiene que salir de la lógicas del plebiscito. Hay que ser capaces de armonizar las diferencias y no excluir. Los dirigentes de Podemos deben asumir que estamos aquí de paso, nos toca mandar obedeciendo. La estrategia es colectiva aunque haya personas que desarrollan la táctica.

-¿Se equivocaron en su primer congreso, al dar tanto poder a la dirección nacional para, por ejemplo, el proceso de las listas electorales? Asturias se quejó y llegó a plantear una lista alternativa.

-Quizá debimos tratar mejor la pluralidad pero la estrategia elegida fue la correcta para el momento político concreto, lo cual no quiere decir que no sea necesaria la autocrítica. Las ventanas de oportunidad de cambio político nunca se dan en momentos perfectos. Nosotros hicimos un poco como Napoleón: primero atacamos y luego vemos. Dicho esto, ahora tenemos la oportunidad de construir el Podemos que queremos y necesitamos. Los territorios deben tener una autonomía plena. Es la hora de pasar de un modelo más jerárquico y piramidal a un modelo en red.

-¿Entonces tendrá eco en Vistalegre el documento de Asturias que defiende la descentralización en Podemos?

-Creo que sí, es un clamor la necesidad de federalizar y descentralizar la organización para que cada territorio sepa quiénes son sus inscritos, para dotarse de recursos y también para que decidan qué personas van a representar a los asturianos y asturianos. Estoy de acuerdo con la postura lanzada desde Asturias y que también han hecho desde Andalucía. Si Podemos apuesta por un país plurinacional debe dar ejemplo, es necesario un Podemos más policéntrico.

-¿Qué le pareció el vídeo del perdón de Pablo Iglesias y de la abuela de Podemos?

-Me gusta más hablar de política. Hubo actuaciones en el equipo de Pablo Iglesias, además en Nochebuena, que no estuvieron muy acertadas, como el hastag en Twitter "Iñigo así no". Pero afortunadamente ya hemos pasado la fase de la telenovela y el culebrón. Lo que le interesa a los amigos de mi barrio, con contratos laborales de 15 días, es que seamos un instrumento útil para mejorar su vida. Ahora toca fijar el rumbo del proyecto y después las personas para hacerse cargo de esa ruta.

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