La sanidad pública asturiana suprimirá a partir del próximo lunes la mayor parte del trabajo que los profesionales venían realizando por las tardes para cumplimentar su jornada semanal de 37,5 horas. El horario más habitual irá de ocho de la mañana a tres y media de la tarde. Sin embargo, habrá excepciones, o sea, servicios que seguirán trabajando a partir de las tres y media.

La Consejería de Sanidad indicó ayer que ésta será la situación de aquellas unidades cuyo trabajo "no cabe dentro de la nueva jornada, como es el caso de cirugías complejas". Lo mismo sucederá en áreas en las que "la organización actual del trabajo resulta más eficiente desde el punto de vista atención a la ciudadanía o del uso de los recursos". Éste es el caso, precisa Sanidad, de "los equipos de alta tecnología diagnóstica o terapéutica como resonancias magnéticas o TAC o equipos de radioterapia, y de servicios básicos como los laboratorios, esterilización o farmacia". Idéntico camino seguirán "algunos equipos de atención primaria que tradicionalmente han tenido agendas fuera de esos horarios, y también unidades de rehabilitación".

La Administración sanitaria no quiso especificar en qué hospitales se mantendrán las tardes, quizá para no atizar las tensiones que han surgido en el seno de algunos servicios por las discrepancias entre profesionales. "Todos los cambios obedecen a un pacto entre las gerencias de las áreas con todos los servicios afectados", subrayó Sanidad, que apostilló que, a cambio de esta concesión, al personal se le exige "el compromiso de aumentar la eficiencia y la productividad".