Se trata de pasar del "aquí te dejo esta cajina por si la vendes" a algo más. Y claro que se vende, con la etiqueta de producto asturiano "porque hay una demanda potencial altísima. Se vendería en Asturias todo lo que podríamos producir en la región, y más", señala Aquilino González, de El Noceu. Un aliciente más en el objetivo de recuperar terreno.
Los veteranos se acordarán de algunas de las variedades estudiadas en los últimos años desde el SERIDA y que los técnicos avalan, cada cual con sus fortalezas y sus debilidades. Suena, por supuesto, la variedad Mingán, rica pero que presenta varias dificultades como es su sensibilidad a hongos, irregular en su producción y en general con un nivel productivo bajo.
Consumos
Hay otras variedades como Carapanón, que es una manzana de muy alta calidad, de recogida temprana (a mediados de septiembre) y buen tamaño. La Reineta Roja, de la primera quincena de octubre, tiene un gusto excelente pero su conservación no es larga. La Reineta Encarnada, de noviembre, sí tiene muy buena conservación y, por supuesto, buen sabor. Su producción, sin embargo, es irregular y es sensible al moteado. El SERIDA obtuvo tres nuevas variedades descendientes de la Reineta Encarnada, más resistentes y de producción más regular.
"Es una lástima que con la fruta que se consume en Asturias una gran parte venga de fuera", dice Enrique Dapena. Las estadísticas asturianas se quedan algo por debajo del consumo medio de fruta en España. El 15% de los niños y adolescentes asturianos no consumen fruta a diario.
Cada español consume al año (datos de 2015) 99 kilos de fruta, de los que 20 kilos son naranjas, 11 son de manzana y similar cantidad de plátanos. Ya con consumos medios per capita más modestos están los nueve kilos de sandía, ocho de melón, seis kilos de mandarinas, cinco de peras y cuatro de melocotón. Nos gastamos casi 130 euros por persona y año en fruta, el 9% del gasto total en alimentación y bebida. No es mucho pero otros en Europa están peor.
