La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) advirtió ayer de que carece de competencias para regular las actividades que se realizan en el río Sella. Añadió que son los ayuntamientos de Cangas de Onís, Parres y Ribadesella, junto con el Principado los que deben realizar la regulación, tanto del número de embarcaciones como en los servicios que se ofrecen, al tratarse de actividades económicas.

La masificación del Sella por el descenso en canoas junto con la proliferación de chiringuitos en sus orillas se ha convertido en un serio motivo de preocupación para el sector turístico. La patronal del sector, OTEA, ha reclamado al Principado que actúe con urgencia y elabore un plan que permita regular y ordenar las actividades y servicios en el río. El Gobierno regional, por su parte, indica que está dispuesta a colaborar pero que la "dueña" del Sella es la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.

La respuesta desde el ente estatal fue ayer contundente. Sus competencias se limitan a conceder permisos para el uso del río, lo que se consigue con la presentación de una declaración responsable. A partir de ahí, qué empresas la usan y las condiciones que se les imponen son competencia de los ayuntamientos y de la Consejería de Industria, porque son actividades empresariales.