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El cambio climático adelanta el periodo de inundaciones fluviales en Asturias

Las crecidas de ríos se producen en el noroeste de la península Ibérica hasta dos meses antes que en 1960, según revela un estudio europeo

El cambio climático adelanta el periodo de inundaciones fluviales en Asturias

El cambio climático está alterando el calendario de inundaciones fluviales en Europa. Así lo revela una reciente investigación, tras observar durante cinco décadas los periodos de desbordamiento de ríos en todo el continente. Este fenómeno, sin embargo, se manifiesta de distinta forma en cada región. En comparación con 1960, en el noroeste de la península Ibérica, las riadas ocurren hasta dos meses antes, mientras que en el Mediterráneo español con varias semanas de retraso. Las causas son también diferentes. En la zona en la que se incluye Asturias, las inundaciones se producen con antelación por el cambio en el patrón de las lluvias -cada vez son más intensas- y a la saturación temprana de los suelos. Por su parte, las avenidas fluviales en las regiones mediterráneas están asociadas al aumento de la temperatura del agua y a un retraso del grueso de las precipitaciones.

Para obtener estos resultados, los científicos recogieron datos de más de 4.262 estaciones hidrométricas situadas en 38 países. En lugar de aplicar un análisis convencional de las magnitudes o de la frecuencia de las inundaciones, los autores del estudio, publicado esta semana en la prestigiosa revista Science, utilizan la estacionalidad de los desbordamientos. Se trata de una métrica más sensible para detectar señales climáticas en los regímenes de inundación. "Es de lejos el conjunto de datos más completo que se haya compilado nunca en Europa", puntualiza uno de los científicos, Günter Blöschl, de la Universidad Técnica de Viena.

El trabajo muestra que las crecidas ocurren hasta dos meses antes que en los años sesenta a lo largo de la costa del Atlántico Norte, desde Portugal hasta Inglaterra. Las razones posibles son las "temperaturas más altas del aire, la influencia reducida de las masas de aire árticas y las escalas cambiantes del tiempo del almacenaje subterráneo del agua". Por contra, las inundaciones tienen lugar varias semanas más tarde en partes del Mar del Norte y la Europa mediterránea, debido a la llegada tardía de las precipitaciones del invierno.

Relacionado con este desbarajuste, los investigadores indican que en el noroeste del continente europeo y en el Mediterráneo el fenómeno de riadas suele suceder en invierno, coincidiendo con la combinación de una menor evaporación y las intensas lluvias. En cambio, en el noreste ocurre en primavera cuando empieza a derretirse la nieve del invierno. "Esta nieve acumulada se funde repentinamente y libera agua rápidamente, lo que acaba con un gran desborde de los ríos", explica Berit Artheimer, otros de los autores. No obstante, los expertos también aprecian un "claro aumento" de la temperatura de la Tierra, que en consecuencia "acorta la temporada de nieve", derritiéndose antes los copos. Tal y como señala el trabajo, en Asturias las crecidas de ríos más frecuentes tienen lugar en invierno, entre enero y febrero.

Sin adaptaciones, tales cambios en la estacionalidad de las inundaciones, advierten los científicos, pueden afectar profundamente a los rendimientos agrícolas, a la producción de energía hidroeléctrica y al abastecimiento de agua, entre otras cosas. "Las inundaciones fluviales tienen un gran impacto en la agricultura, la infraestructura, la economía, la ecología y la vida humana. Por lo tanto, es importante comprender cómo pueden estar afectando por el cambio climático moderno", expresan. El trabajo calcula que los desbordamientos de ríos causan pérdidas anuales en Europa por valor de 104.000 millones de dólares.

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