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Granda: "El triunfo sería entrar entre los once mejores del país"

Granda: "El triunfo sería entrar entre los once mejores del país"

El Rector asturiano vincula la posibilidad de escalar en los rankings al aumento de la producción científica y las relaciones con empresas

Formar parte de la élite universitaria en el ámbito internacional tiene un coste. El peaje que hay que pagar para entrar en las primeras posiciones de la prestigiosa clasificación de Shangai hace necesario acumular un número elevado de publicaciones en revistas internacionales de prestigio reconocido (con especial atención a algunas como "Science" o "Nature") y el número de citas de los trabajos de sus investigadores. El ranking también considera el número de premios Nobel o medallas Fields (de Matemáticas) que imparten clase en sus aulas o han estudiado en ellas.

Hasta el 30% de la nota final, por ejemplo, depende del número de alumnos o de miembros del cuerpo de profesores de la institución que hayan obtenido el Nobel o la medalla Fields. La Complutense es la única de las españolas que ha obtenido puntos en este apartado. Entre sus docentes premiados figuran Severo Ochoa o Santiago Ramón y Cajal. Y, entre sus alumnos, Mario Vargas Llosa o Camilo José Cela. Al rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, no le preocupa la falta de estudiantes ilustres. "Siempre lo podemos hacer mejor", reconoce, "el gran triunfo sería estar en el grupo de las once universidades españolas" en el "top 500" del mundo.

Para puntuar la calidad de la investigación, se consideran los artículos producidos con relación a la plantilla del centro, además de investigadores citados por otros científicos. Las publicaciones en "Nature" y "Science" y en otras de alto impacto, representan hasta el 40% de la nota del ranking de Shangai. Es el único aspecto en el que todas las universidades españolas obtienen puntos. Pero publicar en "Science" y "Nature" es carísimo. Solo universidades muy bien financiadas con profesores muy bien pagados se lo pueden permitir. Es en publicaciones alternativas dónde se concentra el grueso de la producción científica mundial. Los premios Nobel anuales solo hay uno por campo -y muchos campos científicos no tienen ni premio-, lo que resulta un criterio demasiado eventual. Cada año hay cientos de investigaciones que se quedan sin "Nobel" y desarrollan trabajos tan excelentes y rompedoras como el ganador, pero solo hay un premio. Por ello, dice García Granda, "no podemos pretender estar en el top; hay que escalar en presupuestos y políticas, lo que tenemos hoy viene de la planificación de hace muchos años", indica.

La receta del Rector asturiano para acceder al codiciado "top 500" de Shangai pasa por mejorar la integración de los grupos de investigación, elevar el número de publicaciones científicas e incorporar profesores extranjeros. También las relaciones con las empresas del entorno y el número de estudiantes "Erasmus Mundus" que se reciben facilitará un salto en la clasificación académica internacional. "Es alcanzable", dice, convencido, Santiago García Granda, de llegar al "top 500". "Pero no de un año para otro", precisa antes de poner el ejemplo de la Universidad Pompeu Fabra, primera de las españolas en el ranking de Shangai, donde ocupa la posición 239. "Aplican una metodología de universidad privada y se lo pueden plantear porque sus presupuestos lo permiten. El resto de universidades españolas del primer grupo apenas ha variado su posición de un año a otro", valoró García Granda.

El reto que le queda por delante a la Universidad de Oviedo, detalló el Recto, es lograr que todos los profesores tengan una o dos publicaciones por años en revistas competentes para mejorar las posiciones actuales. "Estamos en el grupo de las dos politécnicas -Cataluña y Madrid-", continuó García Granda en su análisis sobre la posición relativa de la Universidad de Oviedo respecto al resto de centros españoles. "No podemos cambiar la realidad actual en un año ni en cinco pero no nos conformamos con lo que tenemos ahora", aseveró.

A la vista de los criterios que mandan para alcanzar el nivel de los "top" como Harvard o Cambridge toca seguir mejorando, reconocen en la Universidad asturiana, que este año ocupa la posición 571, fuera del "top 500" donde sí han entrado 11 centros españoles, uno menos que en el ejercicio anterior.

La reflexión que realiza Santiago García Granda es que no se puede caer en la autocomplacencia. No obstante, su criterio es el de dar prioridad a la captación de fondos europeos del Consejo Europeo de Ciencia (las ayudas ERC) como los logradas en diferentes categorías de las convocatorias del ERC por el bioquímico Carlos López Otín o el físico Pablo Alonso.

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