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La "selva" de Bobes que acabaría "si se desarrollara el polígono"

En un millón de metros cuadrados "no habrá ni diez metros libres". César Solís, alcalde de barrio de San Miguel de la Barreda, en Siero, mira la "selva" de plumeros de la Pampa en lo que debería ser el gran espacio industrial de Bobes y afirma que para terminar con esto "lo mejor sería desarrollar el polígono". Lo dice sabiendo que en el corto plazo eso tiene tan poca viabilidad como la erradicación de la plaga. Bobes se ha convertido en la imagen de cómo el abandono favorece la expansión de esta planta nativa de Sudamérica cuya proliferación en la franja cantábrica tuvo un singular aliento oficial cuando el Ministerio de Obras Públicas se sirvió en los 80 y 90 de su poder para fijar taludes. Más de tres décadas después, mirando a Bobes, Solís se acuerda de que "nunca hubo mientras había prados. Se extendieron al quitar la tierra vegetal".

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