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El futuro económico del medio rural

Los ingresos medios de un ganadero asturiano, la mitad de los que obtiene un obrero en la industria

El mundo rural mantiene una brecha económica con el urbano, uno de los factores que más pesan a la hora de quedarse en la aldea o emigrar a la ciudad

Los ingresos medios de un ganadero asturiano, la mitad de los que obtiene un obrero en la industria

Al campo asturiano le cuesta llegar a fin de mes. El mundo rural, que lucha por equipararse al urbano en servicios y calidad de vida, va a la cola en ingresos y mantiene una brecha económica, que es al fin y al cabo, uno de los factores que más pesan a la hora de quedarse en la aldea o emigrar a la ciudad.

La producción agraria asturiana ascendió en 2016 a 562 millones de euros, de los que 335 millones correspondieron a la producción final ganadera y 152 millones de euros a la producción vegetal. El resto lo aportaron las actividades no agrarias y los servicios a la producción de la rama agraria, que es cada año mayor en el Principado de Asturias.

La actividad se mantiene e incluso crece año a año y los ingresos también, pero aún resultan insuficientes para que el campo sea considerado una buena salida para un joven que busca ocupación. La renta agraria en Asturias, lo que percibe un profesional del campo antes de impuestos y después de amortizar inversiones, ronda los 17.000 euros, frente a los casi 30.000 que se embolsa un operario de la industria o los 22.000 euros de salario medio en el Principado. No es menos cierto que en el campo existe un nivel alto de autoconsumo que frena el gasto en alimentación que soporta un habitante de ciudad o villa.

Fuentes de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos (SADEI), reconocen que la situación mejora y que la renta agraria crece en Asturias, igual que en el resto de España, aunque en la región el sector posee connotaciones especiales. "En Asturias no existe agricultura como tal. El tinglado agrario se basa en la ganadería de leche y carne. Son sectores completamente diferentes". Y es que en España la renta agraria crece a costa de actividades como la viticultura que ha activado comarcas deprimidas de Castilla o Galicia. "En Asturias el monocultivo es la leche y la carne en menor medida", indican las mismas fuentes. A su favor, Asturias cuenta con una potente industria láctea que también contribuye de forma indirecta a engrosar las cuentas de la agricultura.

La transformación de los productos agrarios es la gran línea de valor añadido presente en el campo a través de empresas como CLAS, con 1.000 empleos, y Reny Picot, que ofrecen empleo industrial ligado a la actividad agraria. Los analistas de SADEI consideran que ese modelo sigue siendo válido para la región y ahondar en él sería un modo de generar mayor riqueza en el medio rural. "La estructura de producción no cambia de un día para otro. Tal vez varíe a medida que se desarrollen el vino en Cangas o los invernaderos en Sariego o Gozón, pero las producciones base son la carne y la leche; lo demás es residual", explican en la sociedad de estudios estadísticos.

Los analistas también se muestran preocupados por el futuro de la carne. "Con el cierre de mataderos hemos renunciado a parte del proceso. Se traen canales de fuera de Asturias y nuestra ternera se conoce menos en mercados exteriores que otras razas vacunas", lamentan.

La Administración regional también interpreta los datos con realismo y moderado optimismo. "La renta agraria va subiendo lentamente porque el gran descubrimiento de la crisis fue el sector agroalimentario; conseguir un mayor desarrollo depende ahora del volumen de producción", sostiene Jesús Casas, director general de Desarrollo Rural.

Otorgar más peso a la agricultora es la gran asignatura pendiente, difícil de sacar adelante. "Movilizar los terrenos baldíos no es fácil y en cualquier caso soy poco intervencionista; las administraciones debemos mantenernos en un segundo plano, la creación de riqueza debe partir de la empresa", señala el director general.

El otro gran componente fundamental de la renta agraria asturiana es la ayuda europea que fluye cada año a través de la Política Agrícola Comunitaria (PAC). Asturias tampoco es una excepción en España, tal como reconoce Ramón Artime, vicepresidente de la Interprofesional Láctea y presidente de Asaja en Asturias. Los subsidios de Bruselas, en sus diferentes variedades suponen el 25% del componente de la renta. Un cambio radical en las ayudas como el que se atisba a partir del año 2020 será un mazazo para el campo español. Por otro lado, la endogamia se perpetúa a través de las generaciones y los jóvenes con vocación de ganaderos se encuentran con escollos insalvables: empezar de cero en el campo es casi imposible.

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