¿Y si toca? Esa pregunta recurrente que se hacen entre bromas quienes comparten un décimo de lotería de Navidad, con la ilusión de que ocurra y la certeza real de lo difícil que es, deja siempre en el aire la respuesta pese a la importancia que tiene por la implicación fiscal que conlleva. Si la cuantía es inferior a 2.500 euros -en cada décimo- se puede cobrar en cualquier oficina de Loterías del Estado. Pero si es igual o superior a esa cantidad, hay que acudir a una entidad financiera.
La persona que vaya a cobrar el décimo debe hacer constar todos los que juegan y en qué cantidad, de tal manera que será Loterías del Estado liquidará con Hacienda y entregará a cada uno de los participantes la cuantía que le corresponde.
"Es importante hacerlo así porque la cantidad que recibe cada uno ya no vuelve a pagar más impuestos, es decir, ya no se verá afectada al hacer la declaración del IRPF". Sanmartín hizo hincapié en las consecuencias de no hacerlo de esta manera porque "si el poseedor del décimo decide cobrarlo íntegramente y luego repartirlo, Hacienda lo considerará una donación y por tanto el resto de participantes estarían sujetos a ese impuesto y tendrían que volver a pagar por el dinero que reciban".
