Cuando llegaron hace cuatro años a la bahía de Cádiz, a primera línea de la playa de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María, prácticamente nadie en los alrededores sabía lo que era esa gigantesca "sábana" empanada de finos filetes de ternera asturiana con un relleno de jamón y queso. Ahora, casi nadie de los que acuden a su restaurante -y en verano son todo un ejército que convierte en necesidad la reserva- pide otra cosa que no sea el cachopo. El plato asturiano de moda ha tomado la bahía de Cádiz desde este chiringuito comandado por el matrimonio formado por Víctor y Ana, dos alleranos que decidieron cruzar el país hace unos años.

"No somos Víctor Manuel ni Ana Belén", aclara ella con humor. Pero sí han dejado huella asturiana, y de forma notable, en la bahía gaditana, desde la cocina de su establecimiento. Se llama "La terracina asturiana", una "terracina" desde la que se ve el puente de la Constitución de 1812 que da acceso a la capital de la provincia cruzando la bahía. “Estamos en el mismo paseo de la playa. Cuando vinimos, miramos algo que no hubiese. Y qué mejor que un asturiano. Traemos les fabes, la ternera y el compango de Moreda. La gente de aquí, casi nadie sabía lo que era el cachopo. Al principio costó trabajo, pero ahora no quieren pedir otra cosa”, cuenta Ana.

Al final, con una gastronomía y una cultura diferentes a lo que les rodea, consiguieron abrirse hueco. "Ya llevamos más de cuatro años. Si es verdad que aquí en Cádiz están acostumbrados a la tapita, es una cultura diferente. Pero cuando ven el cachopo, flipan", afirma Ana.

Ahora, en temporada baja, están más relajados. Pero deben coger fuerzas para la llegada del verano. "El bar se llama 'La terracina asturiana', pero viene la gente preguntando 'si es aquí donde el cachopo'”, explican estos alleranos, que agregan: "En verano es un trabajo mortal, noventa y pico días del tirón, sin descansar. Unos treinta cachopos al día. Es mortal”, cuenta Ana.

En carta también tienen otros platos asturianos pero “ahora viene todo el mundo a lo mismo: intentes vender lo que intentes vender, piden el cachopo”. Un plato contundente que se ha abierto hueco en el reino de la tapita.