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Juan tiene un nicho en Tudela Veguín

José Ángel Rodríguez Bento, nieto de uno de los republicanos asturianos cuyo rastro ha sido hallado en Cantabria: "Perdono mil veces al que disparó, sólo quiero que se reconozca que mi abuelo luchó por la ley"

"Perdonaría mil veces al que disparó a mi abuelo", el emotivo testimonio del nieto de uno de los asturianos de la fosa cántabra

"Perdonaría mil veces al que disparó a mi abuelo", el emotivo testimonio del nieto de uno de los asturianos de la fosa cántabra

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"Perdonaría mil veces al que disparó a mi abuelo", el emotivo testimonio del nieto de uno de los asturianos de la fosa cántabra Marcos Palicio

José Ángel Rodríguez Bento se ha vuelto a emocionar. Su voz quebrada por las lágrimas dice que "llevo llorando desde el domingo", que "perdono mil veces al que disparó". Que "sólo quiero que se reconozca que el paisanín luchó por la ley que estaba establecida y murió por España aunque fuera portugués". El paisanín se llamó Juan Bento Silva, era su abuelo y puede que lo haya encontrado 81 años después de muerto. Era portugués, residía en Asturias, combatió en el bando republicano y perdió la Guerra Civil mucho antes de que la perdieran los suyos. Murió sin saber por qué en Limpias (Cantabria), el 11 de julio de 1937 y dejando en Las Murias, un pueblo que ya tampoco existe, cerca de Tudela Veguín, en Oviedo, una esposa y dos hijos a los que apenas había tenido tiempo a conocer.

José Ángel intuía que todo esto había ocurrido así, pero ahora lo sabe. No deja de llorar desde que el domingo leyó el nombre de su abuelo en las reseñas sobre el hallazgo de una lista de nueve republicanos asturianos, muertos y hasta ahora olvidados, enterrados en el cementerio de Limpias durante el primer año de la contienda civil. Espera haberle encontrado. Juan Bento figura el primero en la relación divulgada el domingo por el Gobierno del Principado y hallada escondida en un libro de registro parroquial de la iglesia de la localidad cántabra en el transcurso de las investigaciones de los expertos Fernando Obregón y Enrique Menéndez. De los nueve republicanos asturianos olvidados, supuestamente fallecidos en hospitales de campaña próximos al frente, es el único del que el manuscrito precisa que "estaba casado".

Estaba casado y su esposa fue María Mortera Fernández, la abuela de José Ángel. Protagonista de una historia peculiar, se casó en primeras nupcias con José Bento, el hermano de Juan, que se mató en la mina, y tras enviudar se casó con Juan. Dos veces viuda, tuvo dos hijos de cada uno de sus matrimonios y del segundo nació Pilar Bento Mortera, la madre de José Ángel, que sólo tenía 2 años cuando su padre murió en la guerra.

Es por esa falta de tiempo que el nieto no puede decir a ciencia cierta qué llevó al "portuguesín" a la guerra de España, o cómo terminó en Cantabria, en la primera compañía del batallón con nombre de militar soviético, "Voroshilov", que le atribuyen los papeles. No conserva fotos. Hasta ahora únicamente sabía muy aproximadamente y por fuente oral secundaria lo que ahora parece confirmar el documento. "Debió de ser un vecino de Tudela Veguín que estaba también en el frente", recuerda, "el que informó a mi familia de que mi abuelo había muerto y estaba enterrado en Limpias", pero las certezas no existían. Algunos familiares viajaron hasta el pueblo, preguntaron en la iglesia y de palabra les aseguraron que sí, pero esto "ya no son cosas que ha dicho un vecino", celebra José Ángel. "Es una alegría, un alivio muy grande".

Ahora hay un papel que da testimonio y eso abre la puerta, quién sabe, a recuperar los restos y a conseguir que Juan al fin descanse con los suyos, tal vez en el nicho que junto a los de la familia ya le tienen buscado en Tudela Veguín. Van tantos casos de peleas sin fruto por recuperar la memoria de los desaparecidos de la guerra que la pregunta no hace falta: el nieto sabe que va a costar, que "tardaremos", pero "mi intención es intentar traerlo con su familia". "Me parece muy bien que tenga una placa, pero lo que quiero es que esté con los suyos, saber que no está olvidado". Y es cierto que en Limpias, lo ha visto, el cementerio está "en una loma muy bonita desde la que se ve el mar", allí no hay ningún problema salvo que "en la iglesia siguen el yugo y las flechas...".

Lo sabe porque viajó al pueblo hace dos años e intentó sin éxito encontrar razón del paradero del abuelo. No lo consiguió, pero tiene intención de volver sin tardar, este mismo sábado, "a ver si la sepultura está identificada", si hay alguna señal... Desde el domingo ha tenido que llamar varias veces al Principado para no conseguir nada -"me dicen que me van a llamar seguro la semana que viene, pero no espero nada"-. En el Gobierno de Cantabria pidió que le pusieran con el presidente, Miguel Ángel Revilla, y habló con su secretaria...

José Ángel Rodríguez Bento va a repetir que perdona, que no quiere "ninguna venganza", y le molesta escuchar en televisión "que sólo nos acordamos de los muertos cuando hay dinero, o que ésta es la guerra de los abuelos". En esta batalla, no obstante, él se sabe bien situado "comparado con otros". "Yo tengo papeles, yo soy un privilegiado".

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