La investigación del grave accidente de autobús que el pasado lunes costó la vida a cinco personas y heridas de diversa consideración a otras quince a la salida de Avilés se ha complicado al encontrarse los peritos de Tráfico con una mancha que impide la lectura del tacómetro del vehículo (un aparato que registra el movimiento y la velocidad). No obstante este contratiempo, los investigadores son optimistas y confían en extraer los datos del tacómetro pese a que esté manchado y así completar la reconstrucción de un accidente sobre cuyas causas cada vez cobra más cuerpo la hipótesis de que fue debido a un desvanecimiento del conductor, un hombre de 40 años, con siete de antigüedad en la empresa y una hoja de servicios impecable.

A la espera de la lectura del tacómetro, la empresa Alsa, propietaria del autobús, reveló ayer un dato proporcionado por un dispositivo electrónico que llevaba instalado el autobús y que realiza lecturas de velocidad cada pocos segundos enviando las mismas a una oficina de control. Según ese aparato, el autobús siniestrado circulaba a 55 kilómetros por hora segundos antes del impacto, el mismo registro que en días anteriores en el mismo tramo de carretera -limitado por obras a una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora- y con el mismo conductor al volante. Al menos una pasajera atestigua que, efectivamente, el autobús "no iba fuerte".

Según fuentes de la investigación consultadas por la agencia Efe, en el momento del impacto frontal contra el pilar el autobús iba "a unos 80 o 90 kilómetros por hora", dato que de momento no es más que una apreciación subjetiva pero que sería compatible con una velocidad previa más moderada -la medida por el velocímetro remoto- de confirmarse la teoría de los investigadores de que el conductor perdió el conocimiento y el autobús circuló sin control decenas de metros hasta empotrarse contra el pilar.

Agentes de Tráfico volvieron ayer al lugar del accidente para tomar más mediciones y registrar la zona en busca de evidencias de lo ocurrido. El Juzgado de Instrucción número 3 de Avilés se ha hecho cargo de las diligencias.