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La lucha para combatir las enfermedades

Ciencia astur de vanguardia contra tumores

Investigadores del Principado que impulsan el diagnóstico de mutaciones y avanzan en las terapias personalizadas reciben financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer

Algo más de 600. 000 euros de la última convocatoria de ayudas de la Asociación Española Contra el Cáncer repercutirán en la investigación de la enfermedad desde Asturias. Estas ayudas permitirán trasladar a la práctica clínica resultados de laboratorio. Las tres principales permitirán concretar nuevos métodos de identificación del cáncer de tiroides sin necesidad de acudir a cirugía, activar nuevas terapias para el cáncer nasosinusal o poner a punto nuevos métodos diagnósticos reduciendo los tiempos de intervención humana y de análisis para avanzar en tratamientos personalizados de la enfermedad. Los líderes de estos proyectos -Mario Fernández Fraga, Juan Manuel Marchante y Mario Hermsen- agradecen el apoyo de la AECC. "Es muy encomiable la labor de mecenazgo que realizan desde la Asociación en investigación contra el cáncer", coinciden.

El proyecto de Mario Fernández Fraga, con 300.000 euros de ayuda de la AECC, trata de cubrir desde el laboratorio una necesidad que existe en la práctica clínica. Buscan biomarcadores epigenéticos para identificar el cáncer de tiroides en aquellos nódulos cuya citología sea indeterminada sin necesidad de acudir a la intervención quirúrgica.

El informe más reciente sobre cáncer de tiroides señala que en el año 2015 fueron diagnosticados 865 varones frente a 2.442 mujeres. Cuando se detecta un nódulo de tiroides la prueba habitual es la punción, que en un elevado porcentaje deriva en biopsias indefinidas que llevan a optar por la operación pese en que en un porcentaje elevado (el 80 por ciento) deriva en resultado benigno.

Unos 3.500 pacientes acuden cada año al quirófano pese a que 3.000 de esas intervenciones podrían evitarse. La idea, explica Fernández Fraga, es ser capaces de realizar un diagnóstico certero en estados previos, sustituyendo la cirugía por un seguimiento periódico del paciente que redunde en una reducción de la morbilidad y de las secuelas de la cirugía tiroidea, que puede originar problemas metabólicos.

"A través de esta investigación, utilizando biotecnología diagnóstica avanzada como la caracterización de marcadores epigenéticos, pretendemos desarrollar una herramienta para el diagnóstico diferencial de adenomas y carcinomas foliculares de tiroides. Esta técnica de diagnóstico se aplicará a la práctica clínica habitual después de la aspiración del nódulo tiroideo para obtener muestras citológicas, explica Fernández Fraga, investigador científico del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN-CSIC), donde coordina el Laboratorio de Epigenética del Cáncer, que también forma parte del Instituto de Oncología del Principado (IUOPA) y del Instituto de Investigaciones Sanitarias (ISPA).

La investigación fomenta sinergias con otros grupos en los campos de la epigenética y el cáncer, ya que este enfoque de diagnóstico podría extenderse a las patologías de otros órganos donde la histología y los marcadores actuales no logran una fiabilidad precisa en todos los casos. Este enfoque innovador, por lo tanto, permitirá la identificación solo de aquellas personas que están realmente en riesgo de cáncer de tiroides, concluye Fernández Fraga, muy satisfecho por la ayuda de la AECC cuando se cumplen 15 años desde que fuera beneficiario de otra convocatoria de este tipo. "En aquella ocasión me ayudó a programar la etapa posdoctoral y ahora viene a apuntalar la trayectoria del grupo", señala.

El proyecto del grupo de Juan Manuel Marchante se circunscribe en el ámbito de la epigenética, es decir, el estudio de los cambios que se producen en la expresión de los genes sin alterar la secuencia del ADN. Cuenta el investigador que uno de los mecanismos epigenéticos que despiertan más interés hoy en día, por su relación con el cáncer, es la metilación del ADN. La metilación de determinadas regiones del ADN actúa como un interruptor: algunos genes se expresan o no dependiendo de que esas regiones del ADN estén (no se expresan) o no (sí se expresan) metiladas. La consecuencia es que cambios en los patrones normales de metilación del ADN pueden conducir a varios tipos de enfermedades incluyendo el desarrollo de tumores.

El objetivo de su proyecto es desarrollar un método de análisis, alternativo a los utilizados actualmente en los laboratorios clínicos, basado en el análisis por dilución isotópica y el acoplamiento de la cromatografía de líquidos y la espectrometría de masas que permita evaluar el perfil de metilación de fragmentos del ADN que se estén utilizando a nivel clínico como marcadores tumorales. En aquellos laboratorios que ya dispusiesen de un espectrómetro de masas Q-TOF (que se está utilizando en pruebas de diagnosis de infecciones) este desarrollo permitiría procesar un mayor número de muestras, con una menor intervención humana y obtener resultados analíticos de mayor calidad. La caracterización de los perfiles de metilación del ADN es un campo de investigación "muy prometedor", según Marchante, ya que abre la posibilidad de identificar y monitorizar distintos tipos de tumores y, posiblemente, su reacción a los agentes quimioterapéuticos. De hecho, la detección de patrones de la metilación del ADN es ya una de las pruebas que se realizan para la diagnosis temprana del cáncer.

El proyecto, con un presupuesto de 20.000 euros y dos años de duración, pretende evaluar las posibilidades de esta técnica en este tipo de análisis clínicos. La investigación reúne a un equipo interdisciplinar incluyendo la estrecha colaboración de tres grupos de investigación: el grupo de isótopos estables enriquecidos del departamento de Química Física y Analítica de la Universidad de Oviedo (junto a Marchante participan José Ignacio García Alonso, Pablo Rodríguez González y Jesús Nicolás Carcelén), un grupo del departamento de Biología de Organismos y Sistemas (María Jesús Cañal y Luis Valledor) y un grupo del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (Mario Fernández Fraga y Agustín Fernández).

Para el grupo de Juan Manuel Marchante, especializado en la investigación de isótopos estables enriquecidos, era la primera vez que se presentaban a una convocatoria de proyectos de la AECC. "Estamos muy agradecidos con la ayuda concedida", subraya el docente del departamento de Química Física y Analítica. "Da la oportunidad a los investigadores de convertir ideas innovadoras y originales en proyectos de investigación en cáncer. Es muy encomiable, y un ejemplo a seguir, la labor de mecenazgo que realiza la AECC para las investigaciones en cáncer", prosigue.

En la categoría sobre cáncer infantil fue galardonado el doctor Mario Hermsen, de la Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria (FINBA), por su estudio traslacional sobre identificación de alteraciones genéticas en los tumores nasosinusales como dianas para nuevas opciones terapéuticas. En este caso, los pacientes con cáncer nasosinusal tienen una baja supervivencia y responden mal a las quimioterapias. Por tanto, es necesario desarrollar nuevas alternativas terapéuticas. Con una ayuda de 300.000 euros de la AECC, el grupo de Hermsen ha iniciado una red europea de colaboración cuyos objetivos incluyen la creación de un registro europeo de cáncer nasosinusal y la recolección de muestras tumorales para la investigación traslacional. En conjunto analizarán seis subtipos de cáncer nasosinusal e identificarán las alteraciones genético-moleculares que puedan servir como dianas de terapias específicas modernas, ya aplicadas en la clínica o en fase de ensayos clínicos para otros tipos de cáncer. "Estamos convencidos de que nuestros resultados aportarán varias opciones de terapia personalizada para la mayoría de los pacientes con cáncer nasosinusal a corto o medio plazo", concluye.

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