Los usuarios vulnerables de la vía (ciclistas, peatones y motoristas) constituyen la tragedia silenciosa de la seguridad vial en España, con casi 10.000 muertos, 500.000 lesionados y 500.000 accidentes en la última década, de los cuales casi 9.000 han sido en el Principado.

El repunte de la accidentalidad vivido en España en los últimos 4 años afecta especialmente a los usuarios vulnerables: desde 2012, la mortalidad en carretera de estos colectivos se ha incrementado un 6% y en Asturias superan ya el 54% de todos los fallecidos en accidentes de circulación.

En la última década, el descenso en el número de fallecidos es mucho más lento en los usuarios vulnerables que en los usuarios de vehículos de cuatro ruedas, 13 puntos porcentuales menos.

La lesividad en los colectivos vulnerables, que se ha incrementado en un 12,4% desde 2006, ha repuntado de forma acusada en los últimos 4 años: un 49% en el caso de los ciclistas, un 33% en el de los motoristas y un 17% en los peatones.

La peor parte siempre se la llevan los peatones: aunque son el 25% de los accidentados, suponen el 43% del total de usuarios vulnerables fallecidos.

Según los conductores españoles, los usuarios vulnerables no cumplen las normas, especialmente los ciclistas y motoristas, que son los colectivos peor valorados. Sin embargo, los peatones solo tienen la culpa del 13% de los accidentes, los ciclistas del 25% y los motoristas, del 41%.

Por comunidades, Cataluña, Baleares y Madrid son las que, proporcionalmente, tienen más accidentes con ciclistas, peatones y motoristas implicados. En el lado opuesto se sitúan Navarra y Castilla-La Mancha. El Principado, por su parte, se encuentra por encima de la media nacional.

Cruzar un paso de cebra sin despegar la vista del móvil, un coche que se salta un semáforo en ámbar a toda velocidad y embiste a una moto o un ciclista que circula con miedo junto a turismos que no respetan la distancia mínima de seguridad. Estas escenas cotidianas son situaciones reales de peligro vividas a diario por los usuarios vulnerables: peatones, ciclistas y motoristas, que, en casos de accidente, casi siempre se llevan la peor parte. De hecho, sólo en la última década, 10.000 personas pertenecientes a estos colectivos (5.000 motoristas, 4.200 peatones y 700 ciclistas) han fallecido en las carreteras españolas y casi 500.000 resultaron heridos.

En el Principado, los usuarios vulnerables de la vía han sufrido 8.882 accidentes de tráfico en la última década. De ellos, el 50% corresponde a motoristas, el 35% a peatones y el 15% a ciclistas.

Además, el repunte general de la siniestralidad que se vive en España en los últimos años parece haber afectado especialmente a estos usuarios. De hecho, desde 2012, la mortalidad de estos colectivos (peatones, ciclistas y motoristas) se ha incrementado en un 6% y suponen ya el 47% de los fallecidos en accidentes de circulación en España, media que en Asturias llega ya al 54%. Una muerte silenciosa de la que las campañas de concienciación no suelen hacerse eco, volcadas casi siempre en los conductores de coche y en sus accidentes.

Por otra parte, si se analiza la evolución de la mortalidad en las carreteras españolas durante la última década, los usuarios vulnerables tienen un ritmo de descenso en el número de fallecidos de 13 puntos porcentuales menos que los vehículos de cuatro ruedas. De hecho, en 2007, hubo 716 muertos menos en el colectivo vulnerable que en los vehículos de cuatro ruedas, mientras que en 2016 la diferencia entre ambos tipos de usuarios se redujo a 104 fallecidos.

Asimismo, según los conductores españoles, los usuarios vulnerables no cumplen las normas, especialmente los ciclistas y motoristas, que son los colectivos peor valorados. Una percepción que no se corresponde con la realidad, ya que, según los datos de Línea Directa Aseguradora, cedidos a su Fundación para este estudio, solo el 13% de los peatones son responsables de los accidentes de los dos últimos años. Un porcentaje que asciende al 25% en el caso de los ciclistas y al 41% en el de los motoristas, todos muy por debajo del porcentaje de culpa del resto de vehículos.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio "La muerte silenciosa. Los accidentes de tráfico en los usuarios vulnerables: peatones, ciclistas y motoristas (2007-2016)", presentado hoy por la Fundación Línea Directa y realizado en colaboración con Centro Zaragoza. En el informe se analizan 900.000 accidentes recogidos en la base de la DGT entre 2007 y 2016, de los que se han estudiado casi 500.000 siniestros con peatones, motoristas y ciclistas implicados en atención a su evolución, gravedad y tipología.

Al definir el concepto de "usuarios vulnerables", la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que son todos aquellos usuarios de la vía que, en caso de accidente, "carecen de un escudo protector", por lo que los impactos son absorbidos directamente por el cuerpo de la víctima. Además, variables como la menor masa, la mayor tendencia natural a la caída y la casi ausencia de dispositivos de seguridad pasiva (ADAS), convierten a peatones, ciclistas y motoristas en colectivos especialmente frágiles en caso de accidente.

A esa vulnerabilidad natural, se le une el importante repunte en la lesividad vivido en la última década, que alcanza un 12,4% y que, en los últimos cuatro años, ha alcanzado cotas alarmantes. De hecho, los usuarios vulnerables lesionados en accidente de tráfico se han incrementado desde 2012 en un 49% en el caso de los ciclistas, un 33% en el de los motoristas y un 17% en los peatones.

Los motoristas heridos sufren la mayor parte de sus lesiones en todo el cuerpo y en las extremidades inferiores, que suelen producirles fracturas bilaterales del fémur, tibia y pelvis y lesiones en la tibia proximal o fémur distal. Por su parte, los peatones sufren más golpes en la cabeza y en las piernas, que suelen traducirse en los Traumatismos Craneo-encefálicos y en fracturas muy graves. Por último, los ciclistas reciben sufren más heridas en las extremidades inferiores y en la cabeza, lo que explica la lesión mortal más frecuente, que son los Traumatismos Craneo-encefálicos graves (TCE).