Gracias a los abuelos. Son ellos los que están "salvando el pellejo a su hijos, porque disponen de tiempo y siguen leyéndoles cuentos a sus nietos, jugando con ellos y cantándoles canciones. Ellos no suelen usar dispositivos digitales, y en muchas ocasiones cuando hay un problema de desarrollo del lenguaje son ellos también los que acompañan a los nietos a la consulta", explica la presidenta de ALPA.
Así lo hace Federico Fernández, vecino de Vilavedelle, en Castropol, lector diario de libros a su bisnieto Ander, de 4 años. Federico tiene 80 más. "Le leo cuentos todos los días y también le cuento historias que me contaron en su día mis padres a mí. Evito que los cuentos tengan escenas bélicas y busco inculcarle valores de respeto hacia la gente, los animales y el medio ambiente. La mejor Universidad es lo que se mama".
Dicen los logopedas que en muchas ocasiones los abuelos están supliendo el papel de los padres, disponen de más tiempo y además suelen hacerlo con dedicación y cariño. "El ritmo de vida, a veces, no deja mucho tiempo a los padres y hay que tirar de los abuelos para suplir esas carencias. Los abuelos cantan canciones y cuentan cuentos, y eso favorece muchísimo el desarrollo lingüístico de sus nietos. El desarrollo verbal necesita de más tiempo de calidad destinado a nuestros hijos o nietos, y eso no se puede suplir con las pantallas", esgrime Natalia del Barrio.
Isabel Rodríguez es otra de esas abuelas que cuentan cuentos a sus nietas de 9 y 4 años a diario. "Me pongo mala cuando veo a bebés en las sillitas de una cafetería con un móvil en la mano para que sus madres puedan tomar tranquilas el café. Debería estar prohibido", asegura esta orgullosa abuela. Quizás pase como reconoce Federico Fernández, "yo le leo más a mis bisnietos que leí a mis hijos, porque ahora tengo más tiempo libre y lo disfruto enormemente", sentencia.
