"Es fundamental que las mujeres víctimas de violencia machista no sientan maltrato institucional y que reciban un trato correcto". Así explicó ayer el magistrado del Tribunal Supremo, Vicente Magro Servet, el objetivo último de la guía elaborada por el Observatorio de Violencia Doméstica y Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El texto se presentó ayer en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias en el marco de las jornadas "Formación en perspectiva de género para la judicatura", organizada por el Colegio de Abogados de Oviedo.

Magro Servet indicó que las mujeres tardan una media de cinco años en denunciar que sufren malos tratos, y que el principal motivo que explica esta tardanza es que cree que la sociedad y la justicia no la van a ayudar.

El magistrado del Supremo indicó que "la víctima de violencia machista no es una testigo más, no es alguien que va a declarar qué vio en un homicidio. Es quien ha sufrido y sufre, y por eso debe tener un tratamiento especial", que debe empezar ya cuando interpone la denuncia.

A la dificultad que supone para una víctima de violencia machista dar el paso y denunciar, se suma posteriormente el proceso judicial. Magro Servet indicó algunas de las medidas que se deben aplicar para evitar, en la medida de lo posible, la victimización secundaria de las mujeres. Por ejemplo, tratar de reducir las tres comparecencias a las que se ven sometidas teniendo que recordar y "revivir" los malos tratos sufridos: al poner la denuncia, en la fase de instrucción y posteriormente en el juicio.

Una de las propuestas que podrían aplicar los jueces sería utilizar en el juicio la grabación de la declaración realizada ante el juez de instrucción, siempre que un informe forense indique que sería recomendable este procedimiento por las secuelas del sufrimiento vivido. Otra posibilidad es que declaren por videoconferencia, evitando así que la víctima se tenga que encontrar con el agresor y sus familiares en la vista oral y que tenga que relatar su sufrimiento "a tres metros del presunto autor", señaló el magistrado.

Otro de los aspectos que destacó Magro Servet tiene que ver los menores. Resaltó los casos "muy crueles" en los que los agresores tratan de matar a sus mujeres o parejas en presencia de los niños. "Un padre que toma la decisión de intentar matar a la madre de sus hijos no puede tener la patria potestad, porque un niño no puede entender eso y se están creando víctimas directas del maltrato de género", aseveró.

María Martín, responsable de la comisión de Igualdad del Colegio de Abogados de Oviedo, indicó que "hay que mejorar mucho" en materia de perspectiva de aplicación y métodos de atención judiciales.