"Asturias es lo que es gracias a la rampa de Pajares", señaló ayer el ingeniero Francisco Valle, cabeza visible de la plataforma en defensa de esa infraestructura, que persigue su declaración como bien de interés cultural (BIC) y Patrimonio de la Humanidad, al considerarla "una parte fundamental de la historia de Asturias, que no se puede perder".
Valle cree que es el momento para impulsar la protección de la rampa de Pajares, construida entre 1880 y 1884, que lleva 134 años funcionando y que está considerada como una de las más grandes obras de ingeniería civil de Europa. Es el momento porque el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, avanzó durante su visita a Asturias de esta semana que dentro de tres años entrará en servicio la variante de Pajares, y la rampa quedará en desuso.
La plataforma que encabeza Valle, integrada por vecinos, amantes del ferrocarril, profesionales y asociaciones, quiere que la rampa de Pajares no caiga en el abandono y defiende para ello la conveniencia de protegerla. Pero también aboga por ayudar a esa conservación dándole una nueva utilidad. "Lo ideal sería el uso turístico, como ocurre con otros trazados de montaña en Suiza, Japón, Estados Unidos, Austria, Italia o Francia", indicó el arquitecto David Ordóñez, presidente de la Asociación Vindonnus, de Lena, que no descarta otras alternativas lúdicas, o incluso utilizarla como "vía de pruebas" para los nuevos trenes de toda España, dado que es un recorrido muy exigente, quizá el más difícil en servicio de toda Europa. La rampa que une Puente los Fierros, en Lena, y Busdongo, en León, ya cumplió esta función durante un tiempo, e incluso algunos trenes fueron desechados al no superar las dificultades que plantea la sinuosa ascensión de gran pendiente, de 42,7 kilómetros, más de la mitad de los cuales se sitúan bajo tierra (suma 69 túneles), y con una pendiente casi continua de 20 milésimas (2 por ciento).
Ordóñez comentó que las estaciones de la rampa podrían destinarse a albergues, apartamentos turísticos, hoteles... Y que esa salida a la Meseta debería quedar en uso para situaciones de emergencia o incidencias que provocaran cortes en la Variante.
Los integrantes de la plataforma vieron con satisfacción como hace unos meses el Gobierno del Principado anunciaba su intención de proteger la rampa de Pajares. La dificultad para declararla BIC estriba en que pertenece a dos comunidades autónomas: Asturias y Castilla y León, por lo que no solamente hace falta que se una a la iniciativa la comunidad vecina, sino que el Ministerio intervenga.
Lo que sí parece más factible es incluir la parte asturiana en el listado del patrimonio cultural e industrial de la región. Este periódico intentó ayer sin éxito conocer qué actuaciones ha protagonizado el Principado en los últimos meses para proteger la rampa.
"Aliados" en Renfe y Adif
La plataforma, por otro lado, tenía "buenos aliados" entre los dirigentes de Renfe y Adif del anterior gobierno, pero ahora tocará empezar "desde cero", a buscarlos también en el Ejecutivo de Pedro Sánchez
Francisco Valle , ingeniero industrial, admitió que el valor de la rampa de Pajares, una vez que entre en servicio la Variante, no podrá analizarse únicamente desde el punto de vista funcional. Pero es "una obra de ingeniería del siglo XIX que merece protección porque la historia reciente de Asturias es la que es gracias a esta conexión ferroviaria, que rompió su aislamiento y que permitió rentabilizar su riqueza minera y siderúrgica".
David Ordóñez, por su lado, dirige la revista "Vindonnus", que incluye artículos de investigación y rutas para explicar y divulgar el patrimonio de Asturias, y en especial de Lena. En su último número, la revista incluye dos exhaustivos trabajos relacionados con la rampa: "El ferrocarril de Pajares, un repaso a su historia y patrimonio", del doctor en Historia del Arte Guillermo Bas Ordóñez, y "El tiempo del vapor en Pajares", del director del Museo del Ferrocarril de Gijón, Javier Fernández López.
