Si el batallón de transmisiones es "el nervio de la Unidad Militar de Emergencias (UME)", tal y como ellos mismos lo definen, y el 112 fuese el músculo, siguiendo la alegoría, ese organismo funcionaría a la perfección. Esa es la conclusión que sacan desde la unidad de las Fuerzas Armadas y los Servicios de Emergencias del Principado tras cuatro días de maniobras conjuntas en las que, afirman, "la compatibilidad" entre ambas organizaciones ha sido "excelente".

El simulacro comenzó el lunes con un hipotético escenario de catástrofe natural: Un gran seísmo con dos réplicas al norte de Oviedo provoca la rotura de la presa de San Andrés de los Tacones (Gijón). El agua corta las principales carreteras y vías ferroviarias y ocasiona daños en grandes plantas industriales como Arcelor Mittal (Gijón) o la central térmica de Aboño (Carreño). Las personas desaparecidas y los heridos se cuentan por decenas. La crisis es tal que las autoridades deciden activar el nivel 3 de emergencias. La UME, bajo mando del Ministerio de Interior, toma el control de la situación.

Aunque tal y como reconocía ayer la Delegada del Gobierno, Delia Losa, se trata de una situación un tanto inverosímil, los militares destacan la importancia de realizar este tipo de maniobras. "Es lo que nos lleva a estar preparados", resalta el teniente coronel Arroyo, sobre unas prácticas en las que UME y SESPA estuvieron comprobando y ejercitando la integración de sus sistemas de comunicación.

Para ello, la unidad de las Fuerzas Armadas desplazó 120 efectivos. Tomaron como base de operaciones La Morgal, donde desplegaron todo su operativo: equipos de transmisiones, centro de mando, sistemas de generación de energía, control aéreo... Se trata de un dispositivo formado por 45 vehículos que queda totalmente instalado en sólo dos horas y media.

"Está todo previsto para trabajar en caso de que no haya suministro eléctrico, ni de red de telefonía", explican desde la UME, un cuerpo que desde que opera en Asturias, 2013, ha intervenido en ocho ocasiones en el Principado. La última, el pasado octubre por las fuertes nevadas. Lo que todavía no ha hecho nunca esta unidad desde su creación en 2006 es actuar bajo un nivel 3 de emergencias. Pero demostraron que si tuviesen que hacerlo, están preparados.