La comisión parlamentaria para investigar los fondos para cursos de formación concedidos durante años a sindicatos y la patronal, FADE, ha levantado ampollas en el seno del PSOE y, según apuntan muchas fuentes, también ha enturbiado la relación entre la ejecutiva socialista asturiana y el sindicato UGT, de tradicional vinculación al partido.
Desde la dirección regional del sindicato aclaran, sin embargo, que "no es la comisión de UGT, sino de los cursos que se adjudicaron a FADE, fundaciones, UGT, CC OO, CSI..." Y agregan: "Pueden citarnos si quieren, pero poco nos van a poder preguntar porque cumplimos con la normativa". Fuentes de la dirección sí reconocen que "hay gente en el sindicato, con más vinculación política, que está más cabreada", así como que hay políticos que "quieren convertir el asunto en la comisión de UGT y no de los fondos de formación".
Igualmente, califican de "chapuza" la comisión impulsada por Podemos y pactada finalmente con el PSOE -levantando ampollas en el seno de su grupo parlamentario- coincidiendo en el mismo día en el que ambas formaciones sellaron el acuerdo para la cuentas regionales de 2019. Precisamente a este hecho se refiere Javier Fernández Lanero, secretario general de UGT. "Espero que la comisión no sea una moneda de cambio, sería absurdo", afirma. Desde el lado de la ejecutiva socialista, sin embargo, aseguran que hay "normalidad" en sus relaciones con UGT y ven una "divertida teoría de la conspiración y relato de ficción" en quienes, en el seno del partido, vinculan el acuerdo presupuestario con el de la comisión.
Juventudes Socialistas, por su parte, remitió ayer un escrito al presidente de la Junta, Pedro Sanjurjo, reclamando que "la cámara se centre en su tarea legislativa" y no "en comisiones de investigación que, a la vista de los acontecimientos, no llevarán a ninguna parte".
