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Una maltratada deja El Franco a cambio de que cese el apoyo social a su agresor

"Está aterrorizada, lo hace por el bien de sus hijos", dice el abogado de la mujer

Asistentes a la concentración de apoyo al condenado por maltrato.

La mujer víctima de maltrato de La Caridad ha accedido a marcharse del concejo de El Franco si cesa la campaña de acoso a la que, a juicio de sus familiares, está siendo sometida en los últimos días. El insólito acuerdo ya ha empezado a cumplirse, ya que ayer por la mañana se retiraron todos los carteles de apoyo a su exmarido que desde el sábado colgaban de establecimientos públicos y viviendas particulares del concejo.

El abogado de la mujer, Javier Ordóñez, explica que su defendida prefiere no hacer declaraciones sobre este asunto "para no empeorar más la situación". Se limita a indicar que la mujer "está aterrorizada" y que "por la presión social que está soportando y por el bien de sus hijos ha tomado la decisión de marcharse del pueblo". Por su parte, la abogada del hombre (Miguel A. F.), ha declinado hacer declaraciones sobre este asunto.

La regidora franquina, Cecilia Pérez, que medió entre las partes para intentar rebajar la tensión que se estaba registrando en la capital franquina, explicó ayer que el Ayuntamiento de El Franco "fue escrupuloso con la legalidad vigente en todo momento y actuó con total imparcialidad". En este sentido, asegura que "todas las actuaciones que se hicieron fueron encaminadas a recuperar la paz social y a evitar males mayores".

Los problemas en el matrimonio estallaron en 2014 cuando la mujer presentó una denuncia por maltrato contra su pareja. En 2015 la justicia falló a su favor y condenó al hombre a nueve meses de prisión (no los llegó a cumplir por no tener antecedentes) y a una orden de alejamiento de 50 metros durante dos años por un delito de maltrato en el ámbito familiar. En 2017 hubo una segunda condena contra el hombre por impago de la pensión alimenticia y desde entonces, en palabras del abogado de la mujer, lleva a cabo "una campaña de acoso continua y completa" hacia su exmujer.

Ella presentó el viernes una denuncia por coacciones y ese mismo día, a altas horas de la noche, el hombre fue detenido por la Guardia Civil y pasó la noche en el calabozo del cuartel de Luarca. Fue la razón por la que el sábado sus amigos promovieron una concentración de apoyo y una pegada de carteles con el lema "Miguel estamos contigo". La concentración contó con más de trescientas personas y puso de manifiesto el gran respaldo con el que cuenta el hombre, y es que sus allegados creen firmemente en su inocencia y entienden que "se está cometiendo una injusticia".

Al día siguiente de la concentración, la jueza de Castropol citó a ambas partes y emitió una orden de protección hacia la mujer. Su exmarido no podrá acercarse a ella a menos de treinta metros, ni tampoco comunicarse con ella. La complejidad de este caso reside en parte en que la nave de forja donde trabaja el hombre está en la misma finca en la que se ubica la casa donde la mujer reside con su actual pareja y sus dos hijos. Por eso ella, para evitar que aumente la crispación y la situación afecte más a sus hijos, ha anunciado su marcha.

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