"Respeto y humildad cuando pise Asturias". Ésa era la doble exigencia que el secretario general de los socialistas asturianos, Adrián Barbón, le hacía ayer desde Gijón a Pablo Casado tras escuchar del líder del PP "alguna afirmación que no me ha gustado nada". "Y si lo que pretendía era hacer una gracia, me ofende que su entorno aplauda esa gracia", añadió. Al candidato socialista a la presidencia del Principado, por lo menos, no le hizo ni pizca de gracia la referencia de Casado a una educación asturiana donde se estudian hórreos y frixuelos.

Y tampoco pareció gustarle la épica de Casado al anunciar esa operación de reconquista política que el PP ha empezado en Andalucía y terminará en Asturias. "Ningún niño asturiano, porque están bien formados, diría eso de la Reconquista. Saben que aquí fue donde empezó y por tanto no sería una reconquista. Sería algo así como una conquista, y si algo tenemos los asturianos es que se nos conquista mal", ironizó el líder de los socialistas asturianos.

Pero no fue la única matización que hizo a la lección de historia dada por Pablo Casado en Oviedo. "Segunda cuestión, por si se le olvida. Ya que dice que esto terminará en Asturias vamos a tener que sentarnos a esperar, porque fueron siglos. Lo que dijo durante su comparencia le deja en muy mal lugar y da pocas perspectivas a su partido en Asturias", explicó Barbón, para quien se evidencia que el PP tiene claro que no serán la primera fuerza política de Asturias.

Y un mensaje más para Casado y los dirigentes del PP asturiano. "El destino no está escrito, y ese modelo político andaluz que dicen que llegará a Asturias a lo mejor encuentra aquí resistencia y rechazo ciudadano el 26 de mayo".

Barbón realizó todas estas reflexiones antes de participar en un acto de debate en Gijón sobre los presupuestos de Asturias. Un encuentro en el que también participó la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, el portavoz socialista en el Parlamento asturiano, Marcelino Marcos, y la candidata del PSOE a la Alcaldía de Gijón, Ana González.