El acceso a León a través del puerto del Pontón continúa cerrado al tráfico como consecuencia del desprendimiento de rocas que el martes invadió los dos carriles de la vía N-625 a la altura de Cobarcil. Técnicos de Carreteras trabajan en un proyecto para limpiar y asegurar la zona aunque de momento las máquinas no han comenzado la retirada de sedimentos. El corte afecta a cinco alumnos de Oseja de Sajambre que estudian en el Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís. Su única manera de regresar a casa es dando un gran rodeo por Potes (Cantabria) o por el puerto de Tarna. Por eso el director del centro, Benjamín Argüelles, que ayer mantuvo una reunión con un inspector de la consejería de Educación, les ha ofrecido pernoctar en la escuela-hogar Reconquista de Cangas de Onís -dos de hecho ya lo hacían por semana- hasta que se reestablezcan las comunicaciones. Algunos como Carla García, de 4.º de la ESO, han declinado la oferta por contar con familiares en la zona que pueden acogerlos. "De momento mis padres me bajaron enseres por mediación de un vecino que hizo el rodeo por Tarna y está por ver si podré pasar el fin de semana en casa. No es la primera vez que la carretera argaya y da rabia ver que no hacen nada por arreglarla. Va para largo", relató.

La N-625 sufre además otro hundimiento a la altura de Campurriondi (Amieva) que impide circular a vehículos de gran tonelaje. Por eso los alumnos que viven en núcleos como Cien tienen que hacer uso de coches particulares para llegar al centro educativo. En total son seis los estudiantes del instituto cangués y dos del colegio Reconquista los afectados por esta situación. Los tutores exigen un servicio de taxis pero de momento la única opción que se les ofrece es la de que soliciten becas de ayuda al transporte. El sector empresarial también sufre los efectos negativos del corte de la N-625. Es el caso del panadero de Oseja Benito Díaz, que el martes tuvo que hacer noche en Amieva y ofrecer a los clientes artículos elaborados en la panadería de Santillán. "No sé cómo me voy a arreglar, todos los días cruzo hasta Arriondas para hacer el reparto", dijo. El corte también es visto con preocupación por hosteleros como Eduardo Rivero, que regente el bar del puente La Huera (Ponga). "Como no hay tráfico no me para nadie. Ojalá lo arreglen pronto", concluyó.