La gira para presentar su último libro, "El contraataque liberal", coincide con su puesta de largo como cabeza de lista de Ciudadanos a las elecciones europeas. Optimización de recursos la de Luis Garicano (Valladolid, 1967), que tras asesorar en materia económica al partido naranja da el paso a la primera línea de la política. En el libro editado por Península, que presentará en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el martes, Garicano advierte de los peligros del nacionalpopulismo. Y en esta entrevista manda un mensaje nítido sobre las líneas rojas de su formación en las negociaciones que pueda haber tras las elecciones autonómicas y municipales.
- ¿Este libro le sirve de manual de campaña?
-Sí, este libro es mi discurso de campaña contra el neopopulismo.
- ¿Va a ser candidato a las europeas en el momento, según sostiene, de mayor ola autoritaria en el continente?
-Sí, desde los años treimta del siglo pasado no ha habido una ola de nacionalismo y populismo similar. Ahora amenaza con llevarnos de vuelta a esos momentos oscuros.
- ¿Tan importante es El Movimiento como plataforma de los partidos neopopulistas, contra los que usted alerta?
-Sí. Steve Bannon, jefe de campaña de Donald Trump y luego su principal consejero en la Casa Blanca, ha creado una oficina en el corazón de Bruselas para coordinar y ayudar a todos estos partidos que quieren volver al nacionalismo y acabar con la Unión Europea.
- ¿Y a qué obedece ese interés? ¿Molesta Europa a un gigante como Estados Unidos?
-No debería. Norteamérica ha sido, históricamente, un gran aliado de la Unión Europea. Desgraciadamente Trump y su secretario de Estado, Mike Pompeo, han dicho en diciembre que están en contra de la Unión Europea y en contra de los movimientos supranacionales porque piensan que cada país debe ir por su cuenta. En Europa sabemos que eso conduce a los enfrentamientos y a las guerras. Y no sólo es Trump. Putin ha ayudado a la campaña del Brexit, ha ayudado a la campaña de Trump y también es muy partidario de acabar con Europa.
- ¿Sitúa a Vox dentro del perfil de partido nacionalpopulista?
-Sí. Sobre todo, se ve en el mismo discurso que tiene respecto a Europa como Salvini en Italia o Le Pen en Francia. Y nosotros tenemos una línea clara de hacer pactos con los partidos constitucionalistas.
- ¿Descarta entonces que Vox sea un aliado natural de Ciudadanos para los pactos postelectorales de las autonómicas y las municipales?
-Totalmente, sí.
- ¿En la emergencia del nacionalpopulismo ha tenido mucho que ver la débil respuesta de los partidos conservadores y los socialdemócratas a la gran recesión?
-Sin duda. La falta de respuesta a la crisis, la sensación de impunidad, la tardía respuesta por parte de Europa han contribuido al auge del populismo. Más allá de ese problema coyuntural también hay un sustrato como el de la revolución tecnológica que está creando mucha ansiedad en la clase media.
- ¿Pero ese cambio tecnológico no debería ser un agente facilitador de más calidad de vida?
-Sí. La revolución tecnológica al final, sin ninguna duda, contribuye a aumentar el bienestar. Pero lo complicado es el reparto del bienestar. Hay muchas profesiones que con la automatización y la inteligencia artificial van a desaparecer o a cambiar y debemos asegurar que el estado del bienestar funciona y que todos ganan con el cambio tecnológico.
- Esa revolución tecnológica implica un cambio de modelo productivo. ¿Qué le parece la preocupación creciente en Asturias por el impacto de la transición energética?
-Ha habido unos fondos muy importantes sobre los que hubo un robo y una enorme corrupción que, realmente, han robado a Asturias su futuro. El dinero para reestructurar la economía, dar nuevos empleos y enseñar nuevas habilidades a la gente ha sido robado directamente. Eso es terrorífico.
- ¿Ve a Asturias abocada a una nueva reconversión industrial con la descarbonización?
-Asturias tiene una situación envidiable en muchos aspectos. Con el calentamiento global, una Asturias verde va ser un lugar muy atractivo. Tiene la naturaleza más bonita de Europa, quizás, con montañas, mar... Tiene todo lo que hace falta para ser una región muy competitiva pero creo que Asturias siempre mira demasiado al pasado, en vez de dar las herramientas para ir al futuro.
- ¿En ese futuro, además de por el paisaje, habría que apostar por un nuevo modelo productivo?
-Asturias debe apostar por un nuevo modelo formativo y educativo, que es el que luego va a llevar a una mejor industria. Hay que dar una formación profesional que ayude a los jóvenes. Oportunidades hay, pero hay que tener a la gente formada para aprovecharlas.
- La crisis económica demostró la importancia de las decisiones que adopta la Comisión Europea en las políticas nacionales. ¿Habrá un punto de inflexión en la sociedad española en estas elecciones?
- Sí, la sociedad ya ve que la partida entre el populismo y el liberalismo y muchos de los cambios que necesitamos en economía digital, en el euro y en emigración, tienen como escenario Europa. Las sociedades son conscientes de que Europa es el principal terreno de juego ahora.
- Italia entra en recesión. ¿Estamos ante una desaceleración económica en Europa?
-Sí. La Comisión ha sacado unas previsiones que moderan los crecimientos en todos los países. Alemania está moderando sus crecimiento, Italia ya está en crecimiento negativa. Es curioso que gran parte de los riesgos a los que nos enfrentamos están creados por nosotros mismos. En Italia el populismo, el Brexit en el Reino Unido, la guerra comercial de Estados Unidos que está montando Trump. Y en España también estamos entrando en riesgo político con el separatismo y el "procés".
- ¿Qué perspectivas económicas se avecinan ante esta situación?
-España y Europa tienen que prepararse para ese futuro. España tiene que presentar unas cuentas creíbles y tener un gobierno estable. Y no estamos haciendo nada de esto. Tenemos unas cuentas falsas, maquilladas y un gobierno con una debilidad extrema, dispuesto a sacrificar la estabilidad económica y hasta la unidad de España por estar una semana más en la Moncloa. El mundo es incierto y España ahora no está lista para reaccionar.
- ¿La posición del Gobierno de Pedro Sánchez sobre Cataluña aumenta más la confusión?
-Sin ninguna duda. Los españoles deben tener claro que para un Gobierno la Constitución no es negociable. Una mesa de partidos alternativa al Parlament de Cataluña es absurda. La estrategia de Sánchez en Cataluña supone una huida hacia adelante, una locura. El presidente del Gobierno escribió su manual de resistencia, que consiste en ceder todo para seguir ahí, resistiendo. Es su único principio.
- Varios dirigentes de su partido aplaudieron mucho a Alfonso Guerra esta semana, cuando habló de Cataluña.
-El señor Guerra está diciendo cosas que me gustan mucho. Está hablando como cualquier español de bien que no quiere sacrificar todo por el poder. Tiene toda la razón. El Gobierno está infligiendo una verdadera humillación a todos los españoles.
- ¿Qué le parece la alianza que nace ahora en las regiones Noroeste, las más afectadas por la despoblación, para competir en España y en Europa?
-Sumar esfuerzos en vez de remar cada uno por su cuenta es una elección muy buena. Hay muchas áreas en las que hay gran margen de ganancia si se coopera.
- En Asturias existe controversia sobre la conveniencia de crear un Área Metropolitana.
-Desde Ciudadanos siempre pensamos que la cooperación y trabajar juntos siempre resulta positivo. Trabajar de forma integrada sirve para atraer actividad económica en un momento en el que Asturias tiene un presente complicado, especialmente por su realidad demográfica.
- En debates políticos sobre la llegada de la alta velocidad a Asturias algunos partidos todavía critican su posición. ¿Qué le parece?
- Yo siempre he dicho que el AVE a Asturias hay que terminarlo cuanto antes y que las líneas en construcción no se pueden dejar ahí. Es una prioridad muy importante para Asturias.
