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Los sicarios vigilaron a Ardines durante varios días, incluso en el puerto de Llanes

La abogada Bárbara Royo, comentarista habitual de la crónica negra en los platós televisivos, defenderá al presunto inductor del crimen, Pedro Luis N. A., tras renunciar el penalista Javier Beramendi

Djelali B., el pasado viernes, en el Juzgado de Llanes. MIKI LÓPEZ

Los dos presuntos autores materiales de la muerte del concejal de Izquierda Unida de Llanes, Javier Ardines, lo vigilaron durante varios días, incluso en el puerto de la localidad, donde desarrollaba su trabajo como pescador profesional, patrón y armador. Así lo reconoció durante los interrogatorios Djelali B., ciudadano argelino detenido el pasado martes 19 en su domicilio de Bilbao y que permanece ingresado en la cárcel de Asturias acusado de asesinato.

Djelali B. ha admitido su participación en el ataque a Ardines, ocurrido en la madrugada del 16 de agosto de 2018, junto a su compatriota Maamar K, que permanece ingresado en una cárcel de Suiza, a la espera de su extradición, que ya ha sido solicitada. Djelali B., reconoció durante los interrogatorios que viajó junto a Maamar K. hasta Llanes en varias ocasiones tras recibir el encargo, según su versión, de "darle una paliza".

Los dos argelinos nunca se alojaron en hoteles en Llanes, contra lo que sospecharon en un primer momento los investigadores. Fueron viajes de ida y vuelta, en coche, por lo que no quedó rastro en ningún alojamiento. De ahí la dificultad añadida a la que se enfrentó la Policía Judicial para recomponer el rompecabezas.

Los presuntos sicarios siguieron al concejal llanisco durante varios días, para comprobar sus movimientos y sus rutinas. Se apostaron en varias ocasiones en el puerto de Llanes y, al menos en una ocasión, semanas antes del ataque, Djelali B. visitó el lugar del crimen junto al supuesto autor intelectual, Pedro Luis N. A., primo político de Ardines. Allí examinaron detalladamente el camino rural en el que luego atacaría al concejal.

El presunto autor material del crimen ratificó asimismo otra sospecha de los investigadores: antes del 16 de agosto hubo otro amago de ataque a Ardines. También de madrugada, los dos sicarios colocaron una valla de obra en el camino por el que sabían que circularía el edil llanisco. En aquella ocasión Ardines esquivó el obstáculo por un lateral y no se detuvo. Djelali B. declaró que aquella intentona fue "un ataque frustrado", pero los investigadores sospechan que pudo ser un ensayo.

El ataque mortal ocurrió cuando Ardines acababa de salir de su domicilio para salir a faenar. El camino rural por el que circulaba, a menos de 100 metros de su casa, estaba cerrado por tres vallas de obra. No tuvo más remedio que bajar de su furgoneta para retirarlas, momento que aprovecharon los sicarios para atacarlo por sorpresa.

La declaración de Djelali B. aclara que los atacantes utilizaron en la agresión un bote de gas pimienta, un bate de béisbol y el mango de un pico. El edil, al verse atacado, salió corriendo, pero fue interceptado y atacado de nuevo a unos 60 metros del lugar en el que detuvo su vehículo, donde unas horas mas tarde fue hallado, muerto, por un vecino.

Djelali B. aseguró en los interrogatorios que solo propinó un golpe a Ardines y que salió huyendo cuando el concejal aún estaba vivo. Añadió que fue su compañero el que se quedó más tiempo junto al cuerpo del edil, que yacía en el suelo. A continuación, los dos argelinos regresaron a Bilbao en el coche que habían aparcado cerca del lugar del crimen. La Policía Judicial cuenta con imágenes de cámaras de tráfico que sitúan el coche de Djelali B. llegando a Llanes poco después de las cuatro de lamadrugada y abandonando la localidad después de las siete.

Añadió que supo de la muerte de Ardines al día siguiente por los medios de comunicación, y que, al enterarse de que era un cargo político y comprobar la gran alarma social provocada por el crimen, él y su compatriota decidieron marchar a Argelia, donde permanecieron durante dos meses. Cuando, pasado el tiempo, se creyeron a salvo, regresaron a España, aunque Maamar K. solo estuvo unos días, porque marchó a Suiza, donde le habían ofrecido un trabajo. En el país helvético cometió un robo con fuerza y fue detenido.

En su declaración, Djelali B. admitió que él y su compatriota recibieron 25.000 euros por el encargo; cantidad a la que hay que añadir los 10.000 euros que supuestamente recibió Jesús M. B. por su intermediación: lo puso en contacto con los sicarios. El pago se hizo en dos veces: 5.000 euros a cada uno antes del ataque y el resto inmediatamente después.

De otro lado, el prestigioso penalista Javier Beramendi ha renunciado como defensor de Pedro Luis N. A. Lo ha sustituido la abogada criminalista Bárbara Royo, habitual de los platós televisivos cuando se abordan casos de la crónica negra en España, junto a su pareja, el periodista y criminólogo Nacho Abad.

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