La decisión de dejar la nota de corte en un cinco (el mínimo exigible en una prueba de oposición) será la esperanza de los examinados que desde hace años trabajan como interinos en el Sespa. Este grupo temía estar en una situación de desventaja por la dificultad de tener que compaginar sus trabajo sanitario con las horas de estudio, sobre todo, sabiendo que se enfrentarían a cientos de recién graduados acostumbrados a memorizar temarios densos. Con un aprobado raspado en la prueba, sin embargo, todos los examinados pasarán a la siguiente fase de selección, la de concurso. En esta segunda parte se priorizará, ahora sí, a los trabajadores con más experiencia. Se valorarán sobre una puntuación máxima de cien puntos los años trabajados en el sistema (80) y el listado de cursos formativos (20). El aprobado servirá también para darse de alta como demandante de empleo en el Sespa, que permite empezar a cubrir sustituciones y bajas, aunque los examinados con mejor nota coparán las primeras posiciones en la bolsa de empleo.