Claus Offe (Berlín, 1940) ya no va a poder decir que la ciencia política encuentra en la Península Ibérica el último reducto europeo a salvo de la ultraderecha. El sociólogo y politólogo alemán tiene de España referencias "de segunda mano", suficientes lecturas y observaciones de colegas para conectar como causa y efecto el auge de la extrema derecha y el "hecho dramático del separatismo", para concluir que la exacerbación del problema catalán dará aliento a Vox haciendo cóctel potencialmente explosivo con el auge de la migración ilegal. Ese alimento doble de la ultraderecha española, que analiza como la gran peculiaridad ibérica en el esplendor de los extremismos en Europa, le dice al pensador alemán que el progreso electoral de Vox en las urnas "no se puede excluir como posibilidad".

La "embestida" populista. El diagnóstico desencantado de Offe sobre la Europa revuelta del siglo XXI, y sobre la democracia liberal puesta a prueba por "la embestida de los partidos populistas", cerró ayer en Oviedo tres años de reflexiones sobre constitucionalismo y actualidad política y social en el Espacio Fundamentos, promovido conjuntamente por la Junta General del Principado y la Universidad de Oviedo. El sociólogo, representante de la segunda generación de la "Escuela de Fráncfort", profesor emérito de Sociología Política en la Hertie School of Governance de Berlín, clausuró el ciclo con un juicio crítico que evalúa el "Brexit" como "el indicador más dramático de que algo ha ido mal" en el Viejo Continente desde aquella expectativa de felicidad finalmente frustrada que sucedió a la caída del Muro de Berlín.

El "Brexit" no es contagioso. Mirando hacia atrás sin encontrar en Europa respuestas capaces de evitar la reproducción de la crisis financiera de 2008, contesta escuetamente que "no" al levantar la vista hacia el futuro inmediato y enfrentarse a la pregunta por el riesgo de contagio del "Brexit". Basta el ejemplo británico, aduce, para conseguir que "nadie más quiera pasar por ese desastre". Asumiendo pues que "la mayoría de los ciudadanos de los estados miembros quieren quedarse y tener una mejor Europa, más estable y democrática", el problema es que "no hay hoja de ruta que indique qué o quién nos va a llevar a ese cambio? El presidente de Francia hace sus propuestas, el gobierno alemán se calla y el resto de los países parece que tienen otras cosas mejores que hacer. Necesitamos un plan de reforma de los tratados europeos para que los ciudadanos puedan vivir en una democracia verdadera".

Redes sociales e "idiotas". Hablará Offe de "una reforma económica, democrática, migratoria" y del combate contra los "enemigos emergentes", las fuerzas políticas que ponen en cuestión los principios de la democracia liberal "a la vez que viven de las subvenciones que el sistema les aporta", partidos populistas a los que no cabe "negarles sus derechos", pero que plantean una batalla de abordaje complejo en la época del imperio de las redes sociales. "El coste de propagar esta agresividad es tan bajo que cualquier idiota se puede permitir el lujo de hacerlo, y los idiotas pueden ser domésticos o internacionales. Esto supone un cambio en el entorno electoral" donde el sociólogo alemán impone los medios políticos como único método de ataque contra la emergencia del extremismo populista.

El separatismo "irracional". El análisis de la salida del Reino Unido como la última frontera en la incierta crisis de confianza del Viejo Continente lleva al pensador berlinés a un análisis algo más que escéptico sobre el separatismo catalán. Offe pronuncia "independencia" en español para poner el "Brexit" como el ejemplo de lo que nadie quiere y para desembocar en la conciencia de que "desde el punto de vista económico, es muy irracional construir un nuevo estado que no va a ser automáticamente miembro de la UE". Como los escoceses, remata, "los catalanes saben que para entrar en la UE tendrían que solicitarlo, que eso lleva un tiempo y que mientras tanto se verían interrumpidos todos sus negocios con Europa".

Medicina europea para la crisis migratoria. El crecimiento de Vox en España, reflexiona Offe, tiene puntos concomitantes con el progreso de la ultradercha en Polonia, Hungría o Austria, pero la peculiaridad ibérica son los impulsos de separatistas y emigrantes. El auge del de la extrema derecha pone de manifiesto, a sus ojos, la necesidad urgente de "una solución a escala europea para el problema migratorio", "una oportunidad para conseguir que lo que es una carga se transforme en el largo plazo una bendición".

El constitucionalismo en riesgo. Para ilustrar su mirada sobre una Europa que asume "un riesgo para su propia identidad", Claus Offe cita unas declaraciones inquietantes del Ministro del Interior de Austria. "Nuestra Constitución", dijo, "no debe tener la última palabra, porque sus soluciones son de los años cincuenta y nuestros problemas son actuales". Esto supone, interpreta Offe, "una oposición clara al constitucionalismo y pone en peligro nuestros objetivos y todo lo que tenemos en común".