Buena parte de los grandes retos que afronta la sociedad en este siglo XXI están relacionados con la protección del medio ambiente, el uso eficiente de la energía y el aprovechamiento de subproductos y residuos provenientes de procesos industriales o de usos urbanos.

Como ejemplo de esa preocupación la UE se comprometió, a finales de 2018, a eliminar de las estanterías de los supermercados aquellos productos de un solo uso realizados a base de plástico. Este es solo uno de los pequeños gestos a los que deberemos acostumbrarnos los ciudadanos y que se enmarcan en la conocida como regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar.

La industria no es ajena a esta realidad. Cada vez son más las empresas que están decididas a convertir la economía circular en una oportunidad a través de la llamada simbiosis industrial, un modelo productivo basado en la reutilización y puesta en valor de los subproductos industriales y residuos urbanos, propiciando que el ciclo de vida de las materias primas se amplíe y multiplique, incluso, para usos distintos a los que inicialmente estaban destinados.

Estos son algunos de los aspectos que desde ayer están debatiendo, en el Gran Hotel Pelayo del Real Sitio de Covadonga, una treintena de expertos europeos y regionales en economía circular.

El evento, organizado por el IDEPA bajo el título “Ciencia para la transición hacia una economía circular de la industria de procesos del Paraíso Natural”, se enmarca en la iniciativa europea “Science Meets Regions”, un instrumento impulsado por el Joint Research Centre de la Comisión Europea para favorecer el debate y puesta en marcha de políticas regionales innovadoras, generadas desde el prisma y consejo de las evidencias científicas.

La metodología de trabajo es el “Innovation Camp”, un instrumento destinado a que diferentes personalidades del mundo empresarial, investigador, administrativo y de la sociedad civil para que, de una manera colaborativa y co-creativa, formulen ideas que den respuesta al reto de la economía circular.

Siendo Asturias una región en la que coexisten un modelo económico fuertemente industrializado y un entorno natural de alto valor, durante estos dos días se está abordando, desde un punto de vista científico, el desafío de la transición hacia una economía circular de la industria de procesos a través de la valorización de subproductos y residuos industriales y domésticos.

Para ello se han definido dos grupos de trabajo paralelos que están debatiendo desde una doble perspectiva: tecnológica, analizando las oportunidades para el aprovechamiento de subproductos industriales y residuos sólidos urbanos generados por la industria de procesos, y otra de carácter socioeconómica, analizado los diferentes aspectos que se deben considerar desde fases tempranas de la I+D para favorecer la utilización de subproductos y residuos de la industria.

¿Cuáles son los objetivos del “Innovation Camp”?

Una de las principales características de la economía asturiana es su especialización en una actividad industrial intensiva, con más del 40% concentrada en la producción de materiales. A esto se le une una particularidad: esta actividad industrial se desarrolla en un área con más del 50% de su territorio bajo protección ambiental singular. Por este motivo, el “Innovation Camp” tiene como objetivo general desarrollar ideas basadas en evidencias científicas para impulsar el uso de subproductos y residuos por la industria de procesos, minimizando el impacto ambiental con criterios de rentabilidad empresarial.

Este objetivo general se está abordando a través de dos retos específicos tratados en los respectivos grupos de trabajo. Por un lado, la finalidad del reto tecnológico es poner en valor los recursos tecnológicos regionales al servicio del tratamiento integral de residuos industriales y urbanos con una perspectiva de mercado, identificando las fortalezas tecnológicas de Asturias en simbiosis industrial y valorización química de residuos, agrupando a los agentes interesados en torno a nodos para organizar una oferta regional en red de infraestructuras tecnológicas y consensuando medidas que puedan ser trasladadas a las políticas regionales de innovación.

Por otra parte, desde el punto de vista socioeconómico, los objetivos son generar propuestas para facilitar la aplicación de la normativa en el uso industrial de subproductos y residuos, crear fórmulas de participación para la comunicación de proyectos de I+D+i y crear modelos y propuestas de explotación de los residuos atendiendo a las necesidades de inversión.

La estrategia regional

En el marco de la Estrategia Regional de Especialización Inteligente (Asturias RIS3), el IDEPA inició a finales de 2016 un proceso participativo para la elaboración de una Agenda Regional de Investigación e Innovación en Materiales Sostenibles, un plan de actuación para facilitar el desarrollo de los procesos tecnológicos para la valorización de residuos en el Principado atendiendo, fundamentalmente, a objetivos de mercado.

Este grupo de trabajo, formado por miembros de la Administración, la industria y la Universidad, ha elaborado una hoja de ruta en la que se identifican las principales cadenas de valor regionales de materiales sostenibles. Además, ha definido cuáles son los pilares sobre los que desarrollar la Agenda, entre los que se encuentra la simbiosis industrial y el desarrollo de tecnologías nexo entre procesos, las ventanas de oportunidad sostenibles basadas en tecnologías para el incremento del valor en el uso de residuos y subproductos y los circuitos tecnológicos de valorización integral de residuos, como biorrefinerías deslocalizadas y oportunidades para el desarrollo endógeno a partir de equipamientos de I+D ofertados en red.

De esta manera el Principado pretende identificar propuestas consensuadas que puedan ser trasladadas a políticas de innovación y medio ambiente y valorar la oportunidad de crear en Asturias un hub de circularidad.