Nació entre culinos de sidra y olor a manzanas. Pilar Ramos Rodríguez, de la sidrería gijonesa Los Pomares, proviene de familia chigrera, pues ya sus padres regentaban un negocio en Les Mariñes, entre Gijón y Villaviciosa, "la cuna de la sidra". Para ella, el caldo regional es mucho más que una bebida. "La sidra es una cultura, una forma de vida que lleva asociada muchas cosas; forma parte de nuestro ADN, es un sentimiento que une mucho e invita a compartir", reflexiona Pilar Ramos. Tan importante es para ella la sidra que, en su momento, tras completar la carrera de Geografía e Historia, sopesó hacer su tesis doctoral sobre la historia de la sidra, pero reconoce que "es incompatible hacer una tesis con el trabajo en la sidrería". En estos momentos, Pilar Ramos aprovecha también para recordar a su madre, Toñi Rodríguez, "una mujer que trabajó toda su vida ligada a la sidra".