El galopante envejecimiento de la población, junto con la escalofriante caída de la natalidad, conllevará muchos problemas a medio y largo plazo. Uno de ellos será la atención a los mayores, porque en pocos años aumentará de manera exponencial el número de personas dependientes y, por mucho que se incremente la inversión pública, será insuficiente para hacer frente a los costes.

Esta situación se detecta ya en un sistema de "caos en la dependencia", según denunció ayer la patronal asturiana de geriátricos, Ascege, que reclamó un Ministerio de Mayores cuya partida presupuestaria sea el equivalente al 2 por ciento del producto interior bruto español (PIB). Además, el Estado debe cumplir con su obligación y aportar a las comunidades autónomas el 50 por ciento de la financiación del sistema de dependencia, tal y como se recoge en la legislación y que el Gobierno de Mariano Rajoy recortó en 2012 con los "tijeretazos" por la crisis.

Estas son las principales conclusiones del primer informe que la patronal nacional de geriátricos, Ceaps, ha realizado a nivel nacional y en el que ha participado la Asociación de Centros Geriátricos del Principado (Ascege). Los resultados, que realizan una comparativa por comunidades autónomas, se presentaron ayer en la sede de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE).

Arsenio Alonso, presidente de Ascege, explicó que el "caos en la dependencia" responde a que existen "19 interpretaciones (16 autonomías y 3 modelos correspondientes a las tres provincias vascas) sobre quién y cómo es dependiente y qué prestaciones o servicios le corresponden". Esto provoca una "desigualdad en el acceso" a unas prestaciones que deberían ser iguales en todo el territorio nacional.

Asturias se encuentra a mitad de la tabla en los parámetros analizados. Pero Aitor Pérez, socio director de Gerokon, la consultora que realizó el estudio, puso un ejemplo del "caos" con un recorrido por el panorama nacional según lo que se quiera obtener.

Así, Andalucía es la comunidad donde más fácil es que se reconozca la dependencia (el Principado, de las más difíciles ), y también en la que son más rápidos y asequibles los servicios en el hogar.

Si se quieren buenas prestaciones, hay que ir a Castilla y León (Cataluña está al final de la lista). Para cuidados en el entorno familiar, la mayor ayuda económica la concede Navarra. Sin embargo, en la obtención de prestaciones para comprar servicios, Extremadura se sitúa a la cabeza. En lograr atención en centros de día, Cantabria y Madrid copan los primeros puestos. Mientras que obtener plaza en residencias geriátricas es rápido y fácil en Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Cataluña es la comunidad con mayor limbo, como se denomina al tiempo que pasa desde que se reconoce la dependencia hasta que se recibe una prestación económica. Y en Canarias es muy difícil que se reconozca a una persona como dependiente.

El presidente de los empresarios de geriátricos de Asturias reclamó que "se ponga a la persona en el centro de atención", y matizó que se refería tanto a los dependientes como a los trabajadores, "que a veces se sienten abandonados por la patronal" cuando el problema es "la falta de recursos económicos" para que tengan "un convenio digno que reconozca como merecen la labor de estos profesionales".

Arsenio Alonso señaló que Asturias tiene una buena red de atención residencial, con plazas que superan la media nacional, pocos dependientes y mucha titularidad pública. También señaló que los 300 millones de euros destinados al abono de la Seguridad Social de cuidadores de familiares "no solucionan los problemas".