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El abandono de un importante patrimonio etnográfico

Cultura atajará las trabas para las ayudas del teito tras dos años en el olvido

El Consejero echa la culpa a Intervención: "Sé que la escoba se coge en el monte y no se puede justificar su coste; estamos estudiándolo"

Andrés Feito, vecino de Somiedo, realiza labores de mantenimiento en una casa de teito en Veigas. MIKI LÓPEZ

Después de más de dos años de reivindicaciones, el Principado buscará ahora, a las puertas de las elecciones, "mecanismos excepcionales" para eliminar las trabas burocráticas que amenazan la conservación de los teitos de Somiedo. El consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, culpó ayer a Intervención de exigir facturas imposibles para reparar las construcciones de cubierta vegetal, que en los últimos años se han reducido sustancialmente. Hoy quedan en pie unos 250 cuando hace 26 años había 370. "Los requisitos para conceder subvenciones, manifestó Alonso, que es allerano. Según fuentes de la Consejería, la Dirección General de Patrimonio está "valorando y estudiando alternativas" a la legislación actual, que entre otras cosas pide a los solicitantes de ayudas presentar una factura del material vegetal empleado en el "tejado" así como un proyecto y tres presupuestos.

Los propietarios de teitos consideran que estos requerimientos son "una comedia" y el detonante de una pésima política de conservación del mayor conjunto etnográfico de cubierta vegetal de Europa Occidental. Durante una visita a dos colegios de Castrillón, el titular de Cultura dijo ayer "conocer bien el mecanismo" de teitado "y por ello estamos hablando con Intervención". "Hay que subvencionar el mantenimiento de los tejados de los teitos", según defendió, al considerarlos Patrimonio un "elemento etnográfico excepcional". Eso ahora porque el Principado, del mismo color político que el gobierno de Somiedo (PSOE), lleva desoyendo las protestas desde 2016. La Consejería inició incluso un expediente para la devolución de las ayudas por no incluirse las facturas de las escobas, que volvió a pedir en 2017. El municipio inició un recurso por vía administrativa contra la normativa.

Los especialistas piden debatir "ya" nuevos usos para el teito

En el inventario de 1993, llevado a cabo por el antropólogo Adolfo García, se cifraban en 370 las construcciones de cubierta vegetal. Hoy se conservan en buen estado unas 250, según datos del Ecomuseo. Es decir, en los últimos 26 años, Somiedo perdió unas 120 cabañas, lo equivalente a cuatro por año. En ello ha influido la pérdida y el envejecimiento de la población así como la transformación del sector ganadero. Hasta el punto de que su principal uso, que era servir de guarida a los animales, ha desaparecido. El etnógrafo Juaco López cree que hay "empezar a debatir" los nuevos usos para mantener en pie el mayor número de teitos. Aunque, avisa, "mantenerlos todos será difícil" por el elevado número de construcciones.

Víctor García, miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) y autor de una serie de veinticinco capítulos ("Somiedo Soñado") publicada en 2018 en LA NUEVA ESPAÑA, es más directo y dice que "pensar que vamos a poder conservar todos los teitos es una entelequia". "Hay que buscarles una utilidad; el turístico es complejo", opina. De hecho, el Ayuntamiento rechaza convertir las brañas "en resorts": "Transformar los teitos en casas rurales es inviable. Habría que cambiar la normativa del parque natural y del plan general de ordenación". Así lo manifestó el alcalde, Belarmino Fernández, que no descarta estudiar su explotación, sin embargo, como turismo de experiencias. Es decir, "que los propietarios de cabañas pudiesen abrir su instalación a los turistas para que duerman como lo hacían los brañeiros de la época, sin ningún tipo de comodidades", explicó la directora del Ecomuseo, María Teresa Lana.

"Hacer un expediente administrativo de adquisición y compra no tiene sentido", señala Víctor García sobre los polémicos requisitos para recibir subvenciones. El biólogo aboga por recuperar el procedimiento anterior, de unos 80 o 90 euros para cada propietario. Consistía en que los particulares cursaban una solicitud en la que detallaban los trabajos que iban a realizar y el Ayuntamiento, en función del presupuesto que concedía la Consejería y una vez comprobadas las obras acometidas, concedía las subvenciones. "Entiendo que para la Administración es difícil encontrar una solución, pero es necesario abordarlo, porque es riqueza cultural", reivindica.

El escritor y experto en desarrollo rural Jaime Izquierdo considera que "el drama" en Asturias es que "en la ciudad no se sabe legislar para los pueblos". "En una región en la que buena parte de su territorio es rural, o aprendemos a legislar de otra forma o acabará cayendo todo, como pasó con los bares tienda", se queja. Izquierdo reclama en este sentido "no urbanismo y ordenación del territorio", sino "aldeanismo y ordenación del territorio". "Hay que pensar en clave aldea", apunta, para poner a continuación un ejemplo. "En la legislación vasca de la Edad Media estaba prohibido trabajar los domingos. Sin embargo, surgió la necesidad de los llagares y de transportar vigas muy grandes y se entendió que la única posibilidad de desarrollar estos trabajos excepcionales era trabajar los domingos. Si en la Edad Media se entendía, ¿por qué no se comprende ahora?", reflexiona.

Sobre los usos, el especialista no tiene tan clara su opinión. "Habría que trabajar sobre este asunto. Si bien tengo claro que con las cabañas de Picos de Europa habría que hacer campamentos de altura para la elaboración de quesos, aquí no lo sé. Casi me decanto por recuperar su función inicial", abunda Izquierdo. El gobierno municipal de Somiedo, encabezado por Belarmino Fernández, exige "un compromiso político presupuestario" de al menos 100.000 euros anuales para restaurar las cabañas y recurrir a fondos europeos para hacer una intervención mayor. El Ayuntamiento trabaja también en la candidatura de patrimonio de la Humanidad por la Unesco para proteger todo el parque natural.

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