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Un pueblo que se resiste a caer

Fontescavadas, aldea de Boal donde quedan nueve vecinos, se une para impulsar una campaña en internet para salvar la capilla de su patrón

Un pueblo que se resiste a caer

No deja de resultar curioso que, cuando uno quiere, las distancias y los imposibles no logran su objetivo. El mejor ejemplo son los nueve vecinos que, pese a los rigores del despoblamiento que azota las alas de Asturias, continúan viviendo en la aldea de Fontescavadas, en Boal, y que, impotentes ante la realidad de ver sus edificios emblemáticos venirse abajo por el deterioro y a falta de apoyos por parte de la Administración y la Iglesia, han iniciado en redes sociales una campaña de micromecenazgo para lograr que su querida capilla, dedicada a Santo Domingo de la Calzada, no siga por el mismo camino del abandono.

El mismo pequeño templo que este fin de semana albergó la fiesta patronal, con la que floreció la actividad en el pueblo por unas horas. A la misa, oficiada por Adán Fernández, asistieron unas 35 personas y allí recaudaron unos 200 euros. Pero no es suficiente. Entre los impulsores de la campaña están los hermanos Pérez Suárez, los cuatro nacidos en este pueblo y que residen en diferentes lugares de España, algo que, sin embargo, no les impide luchar por el mantenimiento de su pueblo en la distancia. Mario y Miguel son los más implicados, aunque recuerdan que los auténticos protagonistas de esta historia son los vecinos.

"Hasta hace poco había doce viviendo, y ahora quedan nueve. Esta capilla significa mucho para ellos, es un elemento que los une, donde los vecinos celebran sus fiestas patronales, donde muchos de los que vuelven fueron bautizados o se casaron. Van a luchar por recuperarla, por mantenerla viva y, para ello, necesitan el apoyo de la gente para poder pagar al menos las obras básicas para que no se venga abajo", recuerda Miguel.

Hace un año estos cuatro hermanos optaron por ceder durante 25 años la casa familiar en el pueblo, Casa Regueiro, que llevaba más de dos décadas deshabitada, a una familia dispuesta a conservarla, asentándose en el pueblo y creando un negocio para dinamizar la zona. Un joven matrimonio zamorano y su hijo de año y medio se instalarán allí en pocos meses.

A esta primera iniciativa en la lucha contra los efectos de la despoblación sigue ahora la búsqueda de mecenas para que la capilla dedicada al santo riojano y gran impulsor, en su época, del Camino de Santiago no se venga abajo. Entre las posibles motivaciones de la advocación se señala que, en algún momento de la historia, pudo existir una variante que pasara por la zona en dirección a Compostela.

El proyecto de rehabilitación está valorado en cerca de 9.000 euros para renovar el tejado, evitar las humedades que desde hace tiempo sufre la pequeña capilla y realizar su restauración interna y externa. Es su último recurso. Por ello abrieron el pasado 9 de mayo su campaña de micromecenazgo en la página www.goteo.org, donde, con aportaciones a partir de cinco euros y con diferentes recompensas para quienes participen, esperan hacer realidad su empeño, en el que prevalece el amor por las raíces y su apego al lugar en el que viven y al que pertenecen. La campaña finaliza el 10 de junio.

Además de esta acción, en el futuro trabajarán por la restauración del antiguo lavadero, así como la recuperación de los molinos, tal y como destaca Miguel Pérez: "La idea es que el pueblo siga vivo con nuevas iniciativas. ¿Por qué no puede ser una aldea turística? De hecho tenemos pensado limpiar una ruta que sale del pueblo y que sube a los picos Carondio y Gargalois, con unas vistas preciosas de todo el entorno".

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