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El polémico acceso a los datos de salud

El médico que denunció a 34 compañeros del HUCA retira de un golpe la acusación a 25

El facultativo da por buenas las explicaciones de médicos y enfermeras que alegaron que accedieron a su historial clínico por motivos profesionales

Curso para el manejo del programa "Millennium" en el HUCA. LNE

El médico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que denunció a 34 compañeros de trabajo (médicos y enfermeras) por acceder a su historia clínica ha solicitado a la jueza que archive las actuaciones penales sobre 25 de ellos y que las prosiga con otros 7. Asimismo, el abogado del facultativo pide a la magistrada que cite, en calidad de investigadas, a dos trabajadoras que hasta el momento no habían sido involucradas. Y, como tercera medida, que llame, en calidad de testigo, a otra sanitaria que formaba parte del grupo de investigados y que ahora abandonará esa lista si la jueza acepta la petición del denunciante.

¿Por qué esta sorprendente decisión? Porque el médico que impulsó la querella da por buenas las explicaciones que ofrecieron a la jueza buena parte de los denunciados: que si accedieron a datos tan sensibles fue por razones asistenciales. Otra razón de esta medida es la anticipada ayer por LA NUEVA ESPAÑA: el programa informático "Millennium", empleado en el HUCA y le resta seguridad. En consecuencia, ante una situación de esta naturaleza, genera confusión acerca de la identidad de las personas que la utilizan.

Suplantaciones

La clave del problema de "Millennium" estriba en la lentitud de su puesta en marcha. Este retardo propicia que muchos usuarios que comparten ordenador con otros compañeros no cierren la sesión cada vez que dejan de usar el programa. De este modo, abren la posibilidad de que otros colegas accedan a una historia clínica con la identidad del trabajador que había usado el programa con anterioridad.

En las próximas semanas se verá en qué medida afecta esta confusión al devenir del caso que investiga la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo. Además, la magistrada Simonet Quelle Coto deberá indagar en algunos entresijos derivados de las declaraciones de las personas investigadas. En concreto, de una trabajadora que aseguró ante la jueza que sorprendió a dos compañeras viendo la historia clínica del médico sin motivo justificado aparente. Estas dos sanitarias son las que ingresarán en la lista de investigadas si la juez acepta la solicitud del letrado del médico denunciante.

Los hechos se remontan a enero de 2017. Un facultativo del HUCA se vio envuelto en una reyerta callejera en la que resultó herido. Fue trasladado al servicio de Urgencias del hospital ovetense y, una vez allí, en los mismos boxes, descubrió a su agresor y le clavó un objeto punzante (bisturí o tijera). Pasó por el quirófano, por el área de reanimación y por la planta de medicina interna, donde estuvo ingresado un día y medio.

Posteriormente denunció a 8 médicos y 26 enfermeras de su hospital por entrar en su historia clínica, presuntamente sin autorización para hacerlo. Consideró que su intención consistía simplemente en cotillear. Todos los denunciados que han declarado ante la juez lo han negado: aseguran que accedieron al documento por motivos de trabajo. A muchos de ellos, el acreditar este argumento va a servirles para quedar apartados del caso. Así y todo, muchos de ellos lamentan el coste económico (abogado, procurador...) y moral que les ha acarreado el ser involucrados en este litigio penal.

Un programa lento

¿Cuál es la base del problema de seguridad del programa informático del HUCA? Ayer la expuso este periódico, recogiendo la explicación de varios trabajadores del HUCA que conocen bien la herramienta: "El inicio de cada sesión es muy lento, y es muy frecuente que los usuarios lo dejen abierto incluso cuando se alejan de su ordenador con la intención de volver a usarlo al cabo de un rato".

En consecuencia, ocurre con cierta frecuencia que un facultativo o una enfermera estén introduciendo datos en una historia clínica y la cierren, pero dejen abierta su sesión, para ausentarse durante un breve tiempo por la razón que sea. Y siempre cabe la posibilidad de que un compañero, con curiosidad malsana, aproveche esos instantes para, con ese mismo usuario, acceder a los datos de otro enfermo, pero dejando la huella de la clave del colega.

La maraña que se deriva de esta problemática es la que deberá desentrañar la jueza Simonet Quelle.

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