La jueza de Cangas del Narcea ha dado por finalizadas las diligencias de prueba que había solicitado el ministerio público para valorar los últimos informes de los peritos de la Guardia Civil y del Instituto de Toxicología, y ahora insta a las partes para que "interesen lo que a su derecho convenga", esto es, soliciten nuevas pruebas si lo consideran oportuno, pidan que el asunto pase a juicio o incluso que se sobresea. La declaración de los peritos había sido solicitada por la nueva fiscal del caso, que según explicó el pasado mes de octubre, quería aclarar con los peritos diversos extremos relativos a los informes realizados en 2004, cuando Sheila Barrero fue asesinada de un disparo en la cabeza en el Alto de La Collada, en el límite de Degaña y León, y los presentados en 2015, que reevalúan las pruebas ya conocidas -sobre todo una bufanda hallada en el coche de la víctima y una partícula de residuo de disparo que se encontró en la mano de Borja V. G., único sospechoso del crimen- con los medios más modernos.

La Fiscalía no quiso desvelar ayer si instará que se abra juicio a Borja V. G. Hay un plazo de cinco días para que se presenten los escritos ante la jueza. La decisión no será fácil. En 2004, el primer juez instructor, Julio Martínez Zahonero, no encontró base suficiente para mandar a juicio a Borja V. G. El último informe, que ya data de 2015, "no aporta nada nuevo", según indicó el abogado del leonés, Pedro González. El letrado sostiene que las pruebas son muy endebles: una partícula hallada al cabo de 33 horas con un casquillo de bala que es remitido y que nada tiene que ver con el encontrado por la Policía en su día en el vehículo. Además, falta el móvil, indicó el letrado, a pesar de que un informe de los perfilistas de la Guardia Civil apunta a que Sheila Barrero y Borja V. G. podrían haber mantenido una relación más larga y desconocida. González, que ya ha pedido hace tiempo el sobreseimiento, sostiene que, si el asunto va a juicio, lo tendrá fácil. En el coche de Sheila Barrero se halló ADN de hasta cinco hombres. Además, los padres de Borja V. G. aseguran que esa noche estuvo en casa. Mientras tanto, la familia de Sheila espera un desenlace, quince años después del crimen.