El debate presupuestario impregnó la sesión parlamentaria bisemanal de preguntas al Presidente devolviendo la cuestión adonde estaba el año pasado. Y el anterior. Podemos, el pretendido socio a la izquierda del PSOE e IU, llevó ayer la negociación a una exigencia "sin titubeos" de la gratuidad y universalidad de las escuelas infantiles que no encontró demasiado eco en Adrián Barbón. La derecha, ayer lo hicieron Foro y Vox, trató de atraer al presidente hacia una rebaja fiscal que también esquivó el jefe del Ejecutivo regional. Descartó Barbón a preguntas de Vox las subidas de impuestos a los ciudadanos y añadió que "el único debate abierto sobre fiscalidad es una propuesta (de IU) para gravar a las casas de apuestas".

Más allá, quedó claro que Podemos se propone volver a hacer hablar al Gobierno de la gratuidad de las escuelas para niños de menos de tres años. Lorena Gil ligó su propuesta repetida ligando su financiación a una reforma del impuesto de patrimonio y cifrándola en una inversión de tres millones de euros. Vio llegada "la hora de poner las cartas encima de la mesa" y aseguró, mandando mensajes para la negociación, que "no se entendería ningún titubeo, o que se pusiesen los intereses del partido por encima de los ideológicos".

La réplica del Presidente priorizó, en la línea de los debates que sobre lo mismo mantuvo el Gobierno que le precedió, la expansión de la red antes que su gratuidad, apoyándose en que "si los recursos son escasos" urge más dar acceso al servicio a quienes aún no lo tienen que hacerlo gratuito para los que ya lo disfrutan. El guiño dijo primero que "hay previsiones para duplicar el próximo año la apertura de nuevas escuelas" de éste, pero "para eso hace falta un presupuesto", y mostró después la esperanza en que el gobierno que se negocia en Madrid, fruto del acuerdo nacional entre Podemos y PSOE, "se implique para conseguir esa gratuidad que ustedes demandan".

A las urgencias que sobre las políticas de transparencia le planteó la portavoz de Ciudadanos, Laura Pérez, el Presidente reconoció que en la tarea preventiva de las desviaciones en la administración las cosas "se pueden hacer más y mejor" y pidió "el tiempo de la legislatura" para conseguirlo. Pérez lamentó el retraso en legislar y en poner en marcha lo legislado y Barbón repartió las culpas, "permítame que le devuelva la pelota", sosteniendo que no es el partido mayoritario, sino "toda la cámara", la responsable del ritmo de los trámites parlamentarios.