La amenaza de que la sanidad asturiana cierre 2019 con su peor dato de listas de espera se lee, en la voz del consejero de Salud, atribuyendo la hinchazón en parte al "impacto" que sobre "la actividad asistencial" ha tenido la reducción a 35 horas semanales de la jornada laboral de los empleados públicos. En la Junta, al exponer ante los grupos parlamentarios la porción que consume su departamento en el proyecto de presupuesto autonómico para 2020, Pablo Fernández Muñiz también invitó a considerar, aclaró que sin consuelos, que otros están peor y que "la media de espera quirúrgica en España es bastante superior a la nuestra, 112 días". Apenas encontró la comprensión que requería en la mayor parte de la oposición cuando destacó que el "punto de inflexión" en el que las esperas empiezan a repuntar después del repliegue habitual del verano se ha producido este año antes que el pasado.

Las cifras disparadas a 31 de octubre amenazan con el peor cierre de ejercicio de los últimos años y el diputado de Podemos Daniel Ripa puso ante el Consejero los casi 2.200 pacientes en que han crecido las esperas quirúrgicas en un año o los 14.000 que se han incorporado a la cola por la consulta de un especialista. Fernández Muñiz recordó en este punto que la rebaja de la semana laboral de 37 horas y media a 35, votada en la Junta con todos los grupos a favor, incluido el suyo, reduce las horas de uso unos quirófanos que "antes cerraban a las tres y media y ahora llegan hasta las tres" -3.000 pacientes menos en las cifras aportadas por la gerente del Servicio de Salud, Concepción Saavedra-, pero vaticinó sin embargo una mejoría que ya atisba como fruto de su plan para atajar las demoras "optimizando los rendimientos de quirófano o poniendo en marcha planes especiales de tardes". "A principios de año" todo esto se completará retomando la actividad vespertina de trabajadores de más de 55 años que habían dejado voluntariamente de hacer guardias". Se prefiere, eso sí, que el remedio de las derivaciones de pacientes a centros concertados o privados sea "esporádico, excepcional".

Sin acercamientos visibles en el ámbito sanitario con los grupos que necesita el Gobierno para sacar adelante su Presupuesto, el Consejero apenas encontró complicidades políticas al desmenuzar los 1.811 millones de la consejería mejor dotada del proyecto, que crece en un 2,8 por ciento, hace hincapié en los 495 millones que consume la atención primaria y anuncia una oferta de empleo público de 815 plazas. Avanzó su propósito de que la compra centralizada de farmacia hospitalaria siga permitiendo ahorros y sitúe "por encima del 90 por ciento" un promedio que ahora está en el 60. También resituó su propósito respecto a la brecha salarial hablando de un complemento retributivo, en total 601.000 euros, que tratará de equivaler a lo que las trabajadoras perderían en concepto de guardias durante las bajas de maternidad. No está presupuestado, pero la Consejería trabaja en la definición de las zonas y los puestos de "difícil cobertura" por su escaso atractivo. Saavedra detalló que para atraer personal se barajan las ventajas de la "flexibilidad horaria, la formación o incentivos económicos".

Lejos de las aproximaciones con Ciudadanos que registró anteayer la primera jornada en la ronda de comparecencias presupuestarias de los consejeros, la del titular de Salud alimentó el disgusto de algunos grupos con su diagnóstico sobre las listas de espera y con el descenso de 14 a 10 millones en la partida de inversiones en infraestructuras. La intervención conmovió poco a los grupos que el Gobierno "corteja" a la búsqueda del voto o la abstención que le falta para aprobar sus cuentas.

La portavoz de Cs, Laura Pérez, no vio satisfechas sus demandas y reclamó una "reforma del sector publico sanitario" con cambios en una red de centros "pensada para atender las necesidades de hace treinta años" y Ripa reprobó las respuestas "alucinantes" del Consejero a las cifras "inaceptables" del "récord" en listas de espera. El diputado de Podemos ve falto de ambición el plan de extensión de la atención bucodental a menores de 6 años que recoge parcialmente sus propuestas y Adrián Pumares (Foro) rechaza "un presupuesto continuista respecto al fracaso de los anteriores". Beatriz Polledo (PP) llega hasta la consideración de que "la sanidad se dirige al caos. Las listas de espera van camino de hacerse estructurales, de convertirse en las colas de la posguerra".